Benicalap


Como la mayoría de los pueblos de la Huerta, Benicalap era en su origen una alquería andalusí, reflejo del modelo de poblamiento rural propio de la civilización del Al-Ándalus.

Las huestes de Jaime I de Aragón llegaron a la Huerta en 1238. Las alquerías o arrabales, fueron ocupados por los cristianos antes de la caída de Valencia, en el recinto amurallado en el que sus habitantes debieran refugiarse rápidamente después de la victoria cristiana del Puig. Jaime I repartió las tierras y casas ocupadas por los vencidos (tanto de Valencia como de la Huerta) en el Llibre del Repartiment, entre las personas que le ayudaron en la campaña, según su clase social y la calidad de la ayuda prestada. Benicalap aparece en varias entradas de este primer registro de la propiedad del Reino de Valencia.

El Llibre del Repartiment concede a Ramon de Teyllet la alquería de Benicalapech, el 1 de mayo de 1238, libre de la jurisdicción real, que afectaba a otras posesiones feudales. Por lo tanto, en los primeros tiempos, Benicalap era un típico señorío feudal, sujeto a la jurisdicción absoluta de su señor. Y así continuará hasta la abolición del sistema señorial alrededor de 1811. Otros señores feudales serán la familia Çarçola y el colegio Corpus Christi ("El Patriarca").

Alquería de Solache

Viviendas en la avenida de Burjassot

Benicalap, se estructuraba alrededor del desaparecido Camino Viejo de Burjasot, que saliendo del puente de Sant Josep, pasaba por el actual José Grollo, y adaptándose a los márgenes de los campos y las acequias, llegaba hasta la Alquería del Moro y a Burjasot.

Su configuración jurídica se entendía como un señorío rural de la Huerta, dentro de la zona de especial jurisdicción de Valencia (es decir, una zona de influencia que la ciudad ejercía sobre un área circundante de la que recibía impuestos). Benicalap estaba incluida dentro de la parroquia de San Bartolomé (hoy desaparecida), una de las 12 de la ciudad de Valencia. Esto implicaba que a los vecinos del primitivo Benicalap pagaran sus diezmos (o impuestos religiosos) a esta parroquia, hasta la abolición de los señoríos en 1811. Sus alquerías estaban situadas en huertas fértiles que eran cultivadas por los miembros de las comunidades; entre otras variedades de vegetales, abundaba el cultivo de moreras, que contribuía a la cría de gusanos de seda, base de la industria valenciana hasta mediados del siglo XVIII, cuando una epidemia de pebrina asoló las producciones valencianas y europeas. Las moreras empezaron a ser arrancadas masivamente y más tarde fueron sustituidas por naranjos. 

La Guerra de la Independencia Española también afectó a Benicalap. Los franceses de Bonaparte asediaron tres veces la ciudad de Valencia, y durante el segundo asedio, las tropas del Mariscal Suchet pasaron por Benicalap, y entre otras desastrosas consecuencias expoliaron los valiosos objetos de culto que había en el templo de San Roque.

Iglesia de San Roque

Por otra parte, en 1811 desaparece el reinado señorial por el que los pueblos dejaban de ser propiedad de un linaje nobiliario y se convertían en municipios a imagen de las ciudades y villas que habían sido de realengo, adquiriendo personalidad jurídica. En cambio, otras poblaciones, quedaron como en pedáneas de ciudades de realengo. La cuestión es que no existen documentos que prueben que Benicalap fuera ninguna de las dos cosas: ni independiente, porque no aparece con ayuntamiento, ni parte del municipio de Valencia, porque formaba parte de los distritos de la Huerta y no de los de Valencia. Por otra parte, existe la posibilidad de que Benicalap fuera una pedanía de otro pueblo, como por ejemplo Beniferri o Campanar, pero en caso de ser así, sería más probable que fuera de Burjasot. 



Benicalap, después de la Guerra de Independencia y una vez desaparecido los reinos señoriales se consolidó y aumentó de población, en torno a los dos lados del Camino Nuevo de Burjasot, siendo anexionada por la ciudad de Valencia en 1872. Benicalap comenzó el siglo XX ya dentro del municipio de Valencia, pero curiosamente será ahora cuando religiosamente se desvinculará de la capital, elevándose su iglesia de San Roque en parroquia independiente en 1902.​ Ese mismo año, el archivo parroquial recogía un censo de 1.122 personas en el poblado de Benicalap y su término, que limitaba con Borbotó, Carpesa, Godella, Burjasot y Campanar.



En el siglo XX el estatus de Benicalap comienza a clarificarse, convirtiéndose en pedanía (una entidad local menor). Para gobernar una pedanía (Benicalap), el municipio mayor (Valencia) nombraba a un alcalde pedáneo que servía de enlazadura entre la Administración municipal y la pequeña población. Oficialmente, el nombre era el de "Poblado de Benicalap", para designar la situación de un lugar que no era ni pueblo ni barrio.



El Patronato de Nuestra Señora de los Desamparados, abanderado por el arzobispo Olaechea, siempre distante del régimen franquista, hizo construir el Grupo Virgen del Puig de Benicalap, en la entonces avenida Onésimo Redondo y actual Doctor Peset Aleixandre, que estaba conformado por 58 viviendas protegidas y dos locales. También se edificaron los grupos de viviendas sociales de Rosales, con 68 viviendas, y el de Picayo, con un bloque de 31 pisos protegidos. En el año 1957 se inaugurará el primer mercado de Benicalap; éste era un mercado ambulante que fue trasladado durante la década de los ochenta a su ubicación actual, en la calle Miguel Servet. 

Así continuó Benicalap hasta el año 1979, cuando Valencia absorbió a Benicalap como a un barrio más. Benicalap es el lugar donde se ubicará el Nuevo Mestalla, nuevo estadio del Valencia Club de Fútbol. El Molí de la Marquesa, y los terrenos anexos donde se levanta el nuevo Campo de Mestalla, pertenecían al municipio de Campanar, hasta que en 1897, Campanar, quedó anexionado a la ciudad de Valencia. Benicalap y Campanar estaban separados en este punto por la acequia de Petra, un brazo de la acequia madre de la de Mestalla.

Parque de Benicalap
Del año 1983 es el parque de Benicalap, una de las zonas verdes más importantes de la ciudad. Se encuentra situado en el barrio de Ciutat Fallera, contiguo a Benicalap, en unos antiguos campos de naranjos. Los terrenos, con una superficie total de 80.000 metros cuadrados, situados entre la Avenida Burjassot, la calle Luis Braille y la calle Andreu Alfaro (antigua Francisco Morote Creus), fueron adquiridos por el Ayuntamiento de València en 1975.


Rascacielos en la avinguda de les Corts Valencianes
El intrincado laberinto de calles que es el Benicalap de los años sesenta y setenta, un horror urbanístico, se compone de un ramillete de fincas con aluminosis, inhabitables, la mayoría de ellas ocupadas y en propiedad de bancos que ni se interesan por ellas. El espacio que se mueve entre la calle Acacias y Peset Aleixandre, concretamente, es la zona conflictiva, la zona cero de Benicalap. Junto a los pisos depauperados de la zona cero, a escasos centenares de metros se pueden encontrar los áticos y complejos de viviendas de la zona próxima a la avenida Juan XXIII o los rascacielos de la avenida de les Corts Valencianes. Como fronteras, la calle doctor Nicasio Benlloch y la avenida del Ecuador, que parece dividir a su vez el interior del barrio también en dos: la zona pobre y la zona rica. 

Fuentes:
Fotografías originales del autor

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