El antiguo Matadero Municipal de Valencia
La historia de este edificio comienza con la decisión por parte del Ayuntamiento de Valencia de trasladar a un nuevo espacio alejado de la urbe el matadero en funciones que se encontraba situado en la zona de Guillem de Castro (Calle Carniceros), debido principalmente a factores tales como: el crecimiento de la ciudad, la falta de espacio, y la insalubridad que supone el tener un matadero insertado en el núcleo poblacional. El antiguo Matadero Municipal, obra del arquitecto setabense Luis Ferreres Soler, empezó a construirse en 1898 y fue inaugurado en 1902. Por aquellos años, esta instalación se encontraba alejada del casco urbano, junto a lo que entonces se conocía como el cruce entre los caminos de Madrid y Tránsitos, y pegada a la acequia de Rovella de la que obtenía el agua necesaria para su funcionamiento.
Con una superficie de 12.875 metros cuadrados y situado entre el paseo de la Petxina y las calles Teruel y Pérez Galdós, junto al cauce del río Turia, el valor de esta construcción radica en la armonía que conforma todo el conjunto de edificios que la componen, estableciendo tres naves de matanza en las que se distribuían las distintas clases de ganado: vacuno, lanar y cabrío, y de cerda. Las naves, construidas con una cuidada utilización del ladrillo, austeras en la ornamentación y con paramentos provistos de grandes ventanales sustentan sus cubiertas mediante una original estructura de pilares de hierro fundido y vigas de celosía, que albergaban el sistema de manipulación de las reses. Su iluminación se reforzaba mediante unos lucernarios longitudinales que sobrealzan el testero mediante un alargado hueco con arco de medio punto dispuesto para favorecer la ventilación. También se disponía de un novedoso sistema de limpieza por inundación utilizando las aguas de riego de la vecina acequia de Rovella. La fachada principal fue desgraciadamente desfigurada hacia 1940 para permitir el paso de camiones de mayor tonelaje, dejando de utilizarse para su función original en 1969. En su momento fue considerado el mejor matadero de España, junto con el de Zaragoza. La construcción de estos edificios es una bella muestra de los postulados higienistas que a principios del siglo XX se imponían en las grandes obras públicas emprendidas en Valencia. Con todo ello, el Matadero Municipal de Valencia se constituyó como un brillante ejemplo de edificio público e industrial.
Después de varias reformas, como la que se produjo en el año 1957 tras los graves desperfectos ocasionados por la riada, el Matadero Municipal empezó a ser absorbido por el crecimiento de la ciudad y, en 1969, una vez consolidado su entorno urbano, fue cerrado y trasladado a su nueva ubicación en Mercavalencia. El edificio fue utilizado en un primer momento como almacén municipal de material eléctrico y canterería del Ayuntamiento, sufriendo algunas modificaciones como la construcción de aseos en el interior de los pabellones, pequeñas oficinas etc... hasta que finalmente deja de ser utilizado como almacén, llegando a situación de abandono, y es aprovechado por personas en situación de calle, provocando incendios tras realizar hogueras, debido a la falta de recursos y el frío. Por otra parte, el conjunto también es objeto de saqueo siendo sustraídas todas las instalaciones con algún valor en el mercado.
En la actualidad tras una completa y eficaz restauración en el año 2000 por los arquitectos Carlos Campos González y Carlos Payá Tenorio se ha convertido en el centro deportivo-cultural “La Petxina”, dependiente del Ayuntamiento, dotando al edificio de nuevos servicios como piscina o residencia para deportistas de élite, al tiempo que se han adecuado las viejas naves para gimnasio, polideportivo, bibliotecas, salones de reuniones y servicios complementarios.
Fuentes:
Fotografías originales del autor
Comentarios
Publicar un comentario