La Iglesia y el Colegio del Patriarca, Valencia
El Real Colegio Seminario del Corpus Christi o del Patriarca fue levantado a instancias del patriarca San Juan de Ribera. Su construcción se diseño entonces con el claro objetivo de dividir la parte académica de la eclesiástica, por eso encontramos hoy en día dos edificios ligeramente separados como son la iglesia y el colegio en sí. El obispo lo creó sobre las bases de trasladar las ideas reformistas expuestas en el Concilio de Trento a los seminaristas valencianos que aquí estudiasen. La primera piedra fue colocada por San Juan de Ribera el día 30 de octubre de 1586. Las obras fueron llevadas a cabo por Guillém del Rey. Construido en un tiempo record, entre 1586 y 1610, el edificio presenta una gran uniformidad arquitectónica. El domingo, 8 de febrero de 1604, aprovechando la estancia en Valencia de Felipe III y su esposa, doña Margarita de Austria, quiso el arzobispo don Juan de Ribera inaugurar su fundación con el brillo de la majestad real. Bendecida por el propio Patriarca, se inauguraba la magnifica Capilla del Real Colegio de Corpus Christi, cuyas constituciones habia redactado de su puño y letra don Juan de Ribera, para regir tan ilustre y venerada institución. El Patriarca intervino personalmente en las obras encomendadas, elección de artistas, vigilancia de las obras, corrección de planos, rectificación de bocetos, facilitaba ideas para que fueran realizadas por constructores y artistas, todo ello harían de este Colegio una obra personal del Patriarca.
Retablo con lienzo de Francisco Ribalta |
La iglesia fue realizada entre 1590 y 1597 por el maestro Guillén del Rey. Tiene planta de cruz latina de una sola nave, tres tramos y un cuarto tramo ocupado por el coro alto; en el crucero presenta cúpula de ladrillo en forma de media naranja con tambor y linterna que apoya sobre pechinas. Todas las paredes interiores de la iglesia y de las capillas están pintados con pinturas murales al fresco con retoques a seco, del genovés Bartolomé Matarana, realizadas entre 1597 y 1605. el Retablo Mayor diseñado por Bartolomé Matarana y tallado en madera por Francisco Pérez en 1600. Los trabajos de estofado y dorado son de Matarana. En él encontramos un lienzo con la Última Cena de Francisco Ribalta que preside el centro del retablo, lienzo realizado en 1606.
El claustro es uno de los mejores ejemplos de arquitectura renacentista realizado con columnas de mármol genovés. En el centro del patio se encuentra la estatua sedente de San Juan de Ribera, realizada por Mariano Benlliure en Roma en 1896. La iglesia es de planta de cruz latina con una sola nave con capillas laterales y cabecera recta, con cúpula en el crucero. Está dividida en dos tramos presentando un tercero a los pies sobre el que se dispone el coro alto. El interior está totalmente decorado por pinturas al fresco. La capilla es de planta rectangular con cabecera poligonal decorada al fresco por Bartolomé Matarana. En el ángulo noreste del claustro se alza la escalera de voltes realizada en cantería que sería ejemplo para otras realizadas posteriormente en otros edificios.
En la fachada destaca la galería superior de arquillos y la torre campanario de la esquina. En la fachada principal recayente a la calle de la Nave encontramos las dos portadas principales, una junto a la otra. La portada de la izquierda accede a un vestíbulo que lleva por la izquierda a la Capilla del Colegio. La portada de la derecha da paso a otro vestíbulo que a su vez por una puerta a la derecha accede a la Capilla del Monumento y por la puerta que enfrenta, al claustro y por tanto al Colegio.
Panel cerámico en la base del campanario |
En el muro a la izquierda, veremos un imponente caimán disecado colgado de la pared, reptil traído de tierras americanas y que fue regalado al colegio. Popularmente se le conoce como el dragón del Patriarca. Se trata de un caimán del Caribe y fue regalo del virrey del Perú al arzobispo San Juan de Ribera. El arzobispo lo crió en los jardines de su residencia de la calle Alboraya y allí vivió hasta que el 7 de junio de 1606 murió. San Juan de Ribera lo colocó entonces en el vestíbulo de la iglesia para recordar a los visitantes el silencio que se debe adoptar en este lugar.
El dragón del Patriarca |
Sobre este caimán existe una leyenda que dice así: Convertido en feroz dragón por la leyenda, habitaba en el cauce del río Turia atemorizando a las gentes que por allí se acercaban, y sin que nadie pudiera hacerle frente, hasta que un día un despechado y valeroso joven le hizo frente utilizando la astucia como aliada. Dotado de una armadura revestida de espejos logro inmovilizarlo con el resplandor del sol en los espejos, al verse sorprendido el animal por la luminosidad que tal figura desprendía, matólo entonces el joven con un golpe certero. Desde entonces quedó expuesto en el vestíbulo de la Iglesia del Colegio del Patriarca.
Tras el claustro y la iglesia se desarrollan las dependencias de servicio en torno a un patio menor. En la parte trasera del edificio se abre una puerta ante la que se levantó una verja en el siglo XIX con altos pretiles y remates en forma de pirámide.
Inscripción en la fachada lateral del Colegio |
Fue declarado en 1962 Monumento histórico artístico nacional. En 2007 fue declarado Bien de interés cultural con categoría de monumento.
Fuentes:
Fotografías originales del autor
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