La Catedral de Valencia


La antigua catedral visigoda del siglo V pasó a ser mezquita con la dominación musulmana y hay constancia documental de que hasta décadas después de la conquista cristiana (1238) la mezquita-catedral permaneció en pie. Finalmente en 1262 se resolvió derribarla y construir en su lugar una catedral, con los planos del arquitecto Arnau Vidal. Se empleó para levantarla material de las vecinas canteras de Burjasot y Godella, también de otros lugares más alejados como Benidorm y Jávea, de donde llegaron las piedras en barco. Fue construida con celeridad para marcar el territorio cristiano frente al musulmán, y fue una construcción eminentemente ciudadana sufragada por la burguesía local.

Se trata de un edificio de planta gótica de tres naves con crucero cubierto con cimborrio, girola y ábside poligonal. La catedral, que se iba haciendo a medida que la mezquita se derribaba, contaba ya al final del siglo XIII con la girola con sus ocho capillas y con la puerta románica de la Almoina, situada en el brazo oriental del crucero. La antigua Sala Capitular (hoy Capilla del Santo Cáliz), donde se reunían los clérigos para deliberar los asuntos internos, y la torre campanario del Micalet se levantaron inicialmente separadas del resto de la iglesia, pero en 1459 los maestros Francesc Baldomar y Pere Comte iniciaron la ampliación de las naves de la catedral en un tramo más, conocido como Arcada Nova o Arcada de la Seu, y la unieron definitivamente tanto con la sala capitular como con el Micalet. Desde aquel momento la catedral mide 94 metros de largo por 53,65 de ancho en el transepto.

Puerta de los Hierros

En 1703 el alemán Konrad Rudolf proyectó e inició la puerta principal de la catedral, conocida como de los Hierros por la reja que la rodea. A causa de la Guerra de Sucesión no la pudo acabar, y fueron principalmente los escultores Francisco Vergara e Ignacio Vergara los que lo hicieron. Al ser su planta curva, el paramento cóncavo que origina creaba un singular y estudiado efecto de perspectiva, desvirtuado durante el siglo XX a causa del derribo de los edificios adyacentes (antigua calle de Zaragoza) para ampliar la Plaza de la Reina. A finales del siglo XVIII se puso en marcha un proyecto de renovación del edificio,para dotarlo de un aspecto neoclásico homogéneo, rehuyendo del estilo gótico que entonces era considerado obra de bárbaros. La obra empezó el 1774 y corrió a cargo del arquitecto Antoni Gilabert Fornés. Los pináculos exteriores del templo fueron eliminados, las azoteas ocultas por tejados, y la estructura gótica (incluyendo ventanales con vitrales), enmascarada por estucos, dorados y otros elementos pseudoclásicos. El 1931 fue declarada monumento histórico-artístico, pero durante la Guerra Civil Española fue incendiada, razón por la que se perdieron parte de sus elementos artísticos. Fue utilizada durante toda la guerra como almacén de artículos militares. Parte de la riqueza artística pudo ser salvada gracias a los oficios del entonces Alcalde de la Ciudad que llevó todos los objetos que pudieron ser salvados a almacenes municipales donde quedaron en custodia. Al finalizar la guerra este valor patrimonial fue devuelto a la Catedral. El coro, situado en la parte central, fue desmontado en 1940 y trasladado al fondo del altar mayor. En 1970 las llamadas Casas de los Canonges (Casas de los Canónigos), construcciones adosadas en las capillas exteriores en la calle del Micalet, fueron derribadas para devolver a la catedral su aspecto anterior, al mismo tiempo que la aligeraban de elementos de escaso o nulo valor arquitectónico.

En 1972 se emprendió la retirada de casi todos los elementos clásicos, para recuperar el aspecto gótico original. Solo quedó como decoración clásica la mayor parte de las capillas laterales y de la girola, y algunos elementos puntuales, como las esculturas sobre las pechinas del cimborrio. En la actualidad presenta, después de varias limpiezas, un buen estado de conservación, especialmente después de la exposición llevada a cabo el 1999 con el nombre la Luz de las Imágenes. El templo está declarado Bien de Interés Cultural por parte del Consell de la Generalitat Valenciana.

Puerta Románica

Detalle de la puerta Románica

La puerta de l’Almoina, de estilo románico, es llamada así por ser vecina a la ya desaparecida casa de l’Almoina (la limosna), donde se daba socorro a los necesitados, y es la más antigua de la catedral. Por encima de la arcada hay esculpidos en piedra las cabezas de siete matrimonios leridanos que, según la tradición, representarían los repobladores fundacionales de la nueva ciudad cristiana.

Paso elevado con la Basílica de los Desamparados

Obra Nova

Al rodear la catedral por nuestra izquierda encontramos un pasadizo de 1660 que une la catedral con la basílica de la Virgen de los Desamparados. Nada más pasarlo empieza la Obra Nova, una galería o tribuna de estilo renacentista que está abierta hacia la actual Plaza de la Virgen, que históricamente recibía el nombre de plaza de la Seu o de la Seo. Esta tribuna de tres pisos con arcadas abiertas servía para la contemplación de los espectáculos públicos, como procesiones y ejecuciones por parte de los canónigos. Por eso recibe también el nombre de llotgeta dels canonges (de los canónigos) o del Capítol (del capítulo). Su construcción se inició el 1566, bajo la dirección del arquitecto Miquel Porcar y del carpintero y tallista Gaspar Gregori. En una de las restauraciones de la catedral durante la segunda mitad del siglo XX fue suprimido su tejado y los balconcillos y columnillas quedaron muy visibles, como una especie de teatro romano adherida a la catedral.

Paso elevado con el Palacio Arzobispal

Otro paso elevado es el que ordena construir el obispo para unir la Catedral y el Palacio Arzobispal por encima de la calle de la Barchilla. Este paso elevado fue derribado en 1427 al mismo tiempo que se demolía la anterior torre campanario de la que ya no queda nada. El actual paso elevado fue construido en el siglo XVIII en estilo clasicista, lo forma un arco rebajado sobre el que se alza un conjunto arquitectónico rematado por un frontón triangular.

Puerta de los Apóstoles

Rosetón

La puerta de los Apóstoles, es llamada así por las estatuas de los doce apóstoles que alberga. De estilo gótico francés, en su construcción trabajó Nicolás de Ancona o de Autun desde 1303 y que en 1354 ya estaba acabada. Durante los años 1960 la puerta fue completamente restaurada y las figuras originales -en muy mal estado de conservación- fueran expuestas en el museo de la catedral y sustituidas por copias, que son las que hoy decoran la puerta. La arquivolta queda enmarcada por un gablete adornado por arquerías ciegas con estatuas. En la parte superior de la fachada, se abre un gran rosetón de seis puntas, que representa la estrella de David o Salomón, de 6.45 metros de diámetro. Este rosetón fue casi totalmente reconstruido en los años 1960 al haber sufrido el mal de la piedra. En el tímpano de la puerta se encuentra la imagen de Santa María, bajo la advocación de la que fue consagrada la catedral, con el niño en brazos y rodeada de ocho ángeles músicos. Al pie de la Puerta de los Apóstoles se reúne todos los jueves a las 12 de la mañana, el Tribunal de las Aguas desde el año 880. Probablemente ya se reuniría este tribunal en este mismo lugar cuando la actual Catedral era todavía mezquita musulmana. 

El Micalet desde la Plaza de la Reina

El Micalet desde la Plaza de la Virgen

La torre campanario del Micalet o Miguelete, entrañable emblema sentimental para los valencianos, y probablemente el monumento más característico de la ciudad. Fue iniciado en 1381 por Andreu Julià, que dejó la obra el 1396 y en 1402 la reanudó Josep Franch. En 1414 se hizo cargo de la obra Pere Balaguer, que es el autor de la bella decoración del último cuerpo.

En 1424 el arquitecto Martí Llobet fue el encargado de llevar a cabo el hoy desaparecido antepecho de la torre, el cual, de tracería calada gótica, fue destruido en el siglo XVIII, y sustituido por una barandilla metálica a principios del siglo XX. En 1983 se hizo uno nuevo de piedra que es el que hoy podemos ver, obra de F. Pons Sorolla, de estilo neogótico, a partir de fragmentos encontrados del antiguo. Por lo que respecta al coronamiento de la torre, hubo un proyecto de aguja gótica ideado por Antoni Dalmau en 1453, pero nunca se construyó; en su lugar se alzó una estructura provisional de madera para sostener las campanas, que permaneció así hasta que se construyó la espadaña barroca que hoy podemos contemplar .

Cimborrio

El cimborrio, de estilo gótico francés, está formado por un prisma octogonal de dos cuerpos superpuestos, con ocho vidrieras de fina tracería calada en cada cuerpo. El cimborrio descansa en trompas cónicas y se cierra con una bóveda de crucería compuesta por ocho nervios y plementería de ladrillo. Con una altura de unos 40 metros, la ausencia de contrafuertes y la ligereza contructiva derivada de la tracería calada de sus muros resulta prodigiosa desde el punto de vista arquitectónico.

En las pechinas, bajo las trompas del cimborrio figuran cuatro esculturas de estuco del siglo XVIII que representan los cuatro evangelistas.

Puerta de los Hierros y capilla del Santo Cáliz

La capilla del Santo Cáliz, obra de Andreu Julià en estilo gótico florido, se destinaba en un principio  a sala capitular. El 1916 se decidió el traslado del Santo Cáliz a la capilla, de donde proviene su actual nombre. Originalmente era una capilla exenta, pero en 1496 Pere Comte concluyó el pasillo, en estilo gótico florido, que la unía con el resto de la catedral. La Capilla, de planta cuadrada, mide trece metros de lado y dieciséis de altura, con paredes lisas de piedra oscura labrada y tres ventanales con vidriedras polícromas. Destaca la bella y complicada bóveda gótica con ocho nervaduras y veinticuatro arcos terceletes que forman una estrella de ocho puntas. Sobre las claves de la bóveda, también polícromas, figuran los doce apóstoles, salvo en la central, donde está la coronación de la Virgen. También hay que resaltar el retablo, tallado en alabastro, que enmarca el Santo Cáliz, que procede de la antigua fachada gótica del trascoro, y que fue colocado aquí en 1777, al ser sustituido aquel por otro neoclásico, hoy desaparecido. 

Bóveda del Altar Mayor con pinturas de San Leocadio

El Altar Mayor de planta poligonal está cubierto por una bóveda de seis nervios. Tiene cinco ventanales y se comunica con la girola a través de dos puertas laterales. Tanto la bóveda como los muros estaban ornamentados con murales encargados a Miquel Alcanyís, que hizo en 1432, pero que desaparecieron en un incendio en 1469. Posteriormente, hacia 1474, se encargaron nuevas pinturas, de estilo renacentista, a Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano. Estas pinturas fueran tapadas, sin embargo, por una lujosa ornamentación barroca durante 1674-1682, llevada a cabo bajo la dirección de Juan Pérez Castiel. El ábside gótico de planta poligonal quedó recubierto con nuevas bóvedas, superposición de adornos, imágenes, etc. La riqueza de mármoles y dorados, la suntuosidad de las formas y profusa decoración evocaba el estilo rococó. En 2004, por azar fueron encontradas bajo la bóveda de Juan Pérez Castiel las pinturas antes mencionadas de Paolo de San Leocadio y Francesco Pagano, y representan ángeles tocando instrumentos musicales, que ahora se vuelven a contemplar, después de que la bóveda de Pérez Castiel fuera desmontada.

Fuentes:
Fotografías originales del autor








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