El colegio Jesús-María, Valencia


Las Religiosas de Jesús-María llegaron a Valencia en 1873, instalándose en la calle de Roteros, después en la del Portal de Valldigna y, al crecer el número de alumnas, se adquirió en 1877 el antiguo convento de agustinos del “Socós”. Este histórico convento había sido fundado en 1501 por el Venerable Juan de Eixarch, el agustino valenciano a quien la Virgen le dio en Italia su imagen pintada prometiéndole ser el “socorro de Valencia”. Jesús-María ocupó el antiguo Convento del Socorro (de los frailes agustinos, 1501-1822, cuando se incendió), previamente arruinado y desamortizado, algunos de cuyos restos aún se integran en el actual recinto. El enclave del Socorro estaba, entonces y por siglos, en medio de la huerta, próximo pero periférico de la ciudad amurallada. Se articulaba con ésta mediante unos caminos que pasarían a ser calles, concretamente el del Socorro, hoy renombrada del Dr. Peset Cervera, que enlazaba con el Convento de Mínimos -después iglesia de San Miguel y San Sebastián- de la esquina del Camino de Quart, importante arteria de crecimiento urbano y de comunicación oeste de la capital, desde el portal-torres de Quart. Antes de llegar a esta última vía, uno podía desviarse al este, para dirigirse más directamente al núcleo intramuros, al Portal del Coixo, a través del camino-calle de la Verónica que, desde 1977, fue rebautizado con el nombre de Lepanto y progresivamente rectificada su línea hasta consolidar el aspecto que ahora tiene. La introducción de la Gran Vía, proyectada en 1884-87, pero no materializada en este tramo norte hasta 1928 (funcionalizada, aún más tarde, y no enmarcada por edificaciones hasta los primeros años 50), así como la configuración arquitectónica ‘moderna’ del Colegio (de esta última época, por cierto, han hecho que se pierda la lectura urbana y paisajística de esta vinculación històrico-territorial y que ahora parezca una implantación ‘ex novo’ asociada a la importante vía urbana a la que recae. 

La capilla, vista desde Fernando el Católico

Acceso a la capilla

Fachada del colegio

En 1938, durante la guerra civil, se construye en el patio del antiguo grupo escolar Blasco Ibáñez un refugio antiaéreo, posteriormente utilizado como vestuario para actividades deportivas. Este grupo escolar fue derribado en los años 40. Es en 1952 cuando se proyecta la ampliación y reforma del antiguo convento. El arquitecto encargado es el catalán Agustín Borrell Sensat, profesional que también está detrás de los edificios alzados para los colegios Jesús-María en ciudades como Madrid, Alicante y Barcelona. El objetivo era ampliar y reformar la capilla. En la parcela, que por aquel entonces ya formaba parte del ensanche de Valencia hacia la carretera de Madrid, se construye un gran edificio con amplios vanos acristalados y una iglesia de corte clasicista, con cúpula, atrio aporticado, óculo y frontón de remate que se relaciona estilísticamente con el colegio únicamente por el acabado en ladrillo de la fachada. En el interior de la iglesia se encuentra una imagen de Nuestra Señora del Socorro, en el altar mayor, pintada por Salvador Tuset. Pero no se construye un elemento que sí aparece en otros proyectos del mismo arquitecto: un campanario.

Las instalaciones del colegio ocupan la práctica totalidad de la manzana. Los cuerpos edificados, colegio y capilla, recaen a la Gran Vía y a la calle Gabriel Miró, liberándose la mayor parte de la manzana para patio escolar. El volumen se ubica paralelo a la fachada de la Gran Vía sin alinearse con ella, a modo de bloque exento con espacios libres de acceso. La alineación se recupera en los extremos, en la zona próxima al encuentro con los edificios de viviendas que limitan el edificio. Es uno de los primeros ejemplos de vanguardia arquitectónica valenciana. Los distintos paños de este prisma asimétrico de siete plantas presentan diferente acabado, destacando el gran cuerpo modulado y acristalado de las aulas, enmarcado con fábricas ciegas de ladrillo. Igualmente novedosos son los espacios abiertos de comunicación con escalera exenta en la fachada posterior al patio. Un cuerpo de planta circular articula el colegio y la capilla. 


Patio del colegio

Antiguo convento del Socorro
Fuente: https://core.ac.uk/download/pdf/71005507.pdf

El Colegio tiene alrededor de 1.300 alumnos de Educación Infantil, Educación Primaria, Secundaria y Bachillerato y alberga una comunidad religiosa que realiza labores docentes, de secretaría y otras labores de apoyo al colegio.

Fuentes:
Fotografías originales del autor, salvo mención

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