Los jardines de la Glorieta, Valencia


El origen de los Jardines de la Glorieta se produce bajo el gobierno del general francés Louis Gabriel Suchet, durante el período en que éste estuvo al mando de la ciudad durante la Guerra del Francés. Este adquirió en 1812 los terrenos existentes entre el convento de Santo Domingo y la Aduana de Valencia (actual palacio de Justicia) y, en este espacio, comenzó la plantación de árboles y especies botánicas a las que era muy aficionado.

Con la retirada de los franceses de la ciudad de Valencia en 1813, el general Javier de Elío, capitán general de Valencia, encarga al arquitecto Manuel Serrano Insa el trazado del nuevo jardín en 1817. Con el dinero recaudado con esta finalidad compró varias especies botánicas: naranjos, sauces, fresnos, etc., así como varias esculturas procedentes del antiguo huerto del canónigo Antonio Pontons García (situado en Patraix), muchas de las cuales han ido a embellecer otros jardines de la ciudad.

Durante dos años más, continuaron las obras: se hicieron caminos bordeados de setos formando cuadros, en el interior de los cuales se sembraron varios arbustos. Para rematar estos cuadros, se construyeron bancos de piedra con respaldo de hierro (años más tarde, estos bancos pasarán al Parterre).​ También se colocaron pedestales de madera con macetas de flores y se compraron varias estatuas para distribuirlas por el paseo. Con estas actuaciones, el paseo se le considera jardín a partir del año 1819.

Banco de piedra

En 1826, se construye una cerca de madera entre pilares de piedra rematados por pomos y jarrones, con seis puertas. La entrada principal de esta época era la situada frente a la calle del Mar, construida bajo la dirección del arquitecto Cristóbal Sales y rematada por dos leones de piedra que sujetaban con sus garras sendas esferas y llevaban al lomo amorcillos con emblemas, esculturas que realizó Vicente Piquer. De esta época, es también la construcción de un pabellón de música construido en madera.

A partir del año 1844, se cambia la estructura, se ensanchan las aceras y se coloca alumbrado por gas. El gas procedía de la fábrica de gas situada junto a la Aduana, desde donde pasaba en la Glorieta. Fue el primer lugar iluminado con gas de la ciudad. El ensanchamiento de las aceras provocó que la estatua del Tritón fuera desmontada y guardada en un almacén municipal. En 1852, se plantan los grandes ficus que en la actualidad se encuentran frente al palacio de Justicia; destacan por su monumentalidad y sus grandes raíces. También se plantan pinos canarios, palmeras y ficus de hoja ancha, entre otras especies botánicas. El año 1859, se sustituyó la valla de madera por una de hierro. Un año después, la escultura del Tritón volvió a la Glorieta, donde se colocó en una fuente existente en la actualidad, adosada al bosque. Realizada en mármol negro según un proyecto del arquitecto Antonio Sancho y el alumno de la Academia Antonio Cortina. En 1895 el arquitecto Antonio Ferrer González construye una Casa de Socorro en el interior del parque y en 1905 un teatro al aire libre que no obtuvo mucho éxito y que un incendio destruyó poco después de su inauguración.


En 1925, se dividió la Glorieta en dos partes por una avenida que continúa casi en línea recta desde la calle de la Paz hasta la plaza de la Porta de la Mar, para permitir la circulación de los vehículos provenientes de la calle de la Paz. La reja se elimina y se guarda en los almacenes municipales, hasta 1932, cuando empezó a montarse como cierre de los jardines del Real. De esta época, viene la configuración definitiva que hoy encontramos.

La riada de 1957 afectó gravemente la ciudad; también la Glorieta y el Parterre. Se sabe que, a la altura de la Alameda, el agua alcanzó los 2,75 metros, y se produjeron unos 15 millones de pesetas de pérdidas en los jardines de Valencia. Esto hizo necesaria la reconstrucción del jardín, con la eliminación de la calle que la cortaba y recuperando la jardinería paisajista con un aspecto similar al actual.​ 

La antigua Aduana desde la Glorieta

Actualmente el perímetro del jardín está recorrido por un seto de ciprés recortado a 70 cm de altura y dejando libre las zonas de entrada. La parte que recae a la calle de la Paz no tiene este seto y el jardín queda abierto desde la fuente del Tritón hasta la esquina que enfrenta con el Parterre, y está cerrado por el resto de los lados, si exceptuamos los puntos de entrada.

Entrando por esta parte libre, se encuentra a la izquierda la fuente del Tritón, con la estatua de Ponsonelli. En la espalda de la fuente, se alza la pequeña montañita con una vetusta encina, considerado el mejor ejemplar de Quercus ilex que se puede encontrar en la ciudad.​ Contiguo al montículo, hay también un pequeño estanque con algunas plantas acuáticas, como calas y Cyperus. Completan la vegetación de esta zona algunas yucas y arbustos.

Estanque

Lo más llamativo de todo el jardín es la masa de color verde oscuro formada por los Ficus macrophylla, que con sus inmensos troncos y la magnitud de su copa llenen completamente toda la longitud del jardín que limita con el palacio de Justicia. El ficus central, el mayor de los tres, tiene un diámetro de copa de 40 metros,​ y además se enlaza con el siguiente, formando un continuo de vegetación.

Ficus monumentales

La parte central es la más amplia y desprovista de vegetación, está destinada a juegos infantiles. Contiguo a esta zona de juegos, encontramos el grupo de palmeras y otros árboles como casuarinas, Cupressus, Pinus, eucalipto y Brachychiton.

Zona de juegos infantiles

La escultura más importante del jardín es el Tritón, obra inspirada en una similar de Bernini. Esta escultura realizada en el siglo XVIII fue una de las obras que se llevaron para la decoración de la Glorieta desde el huerto del canónigo y mecenas de las artes Antonio Pontons. Fue llevada a la Glorieta en 1833 para ser retirada en 1844 y vuelta a colocar en su lugar actual en 1860.

Fuente del Tritón

Las otras esculturas que se encuentran en la actualidad en la Glorieta son de la década 1918-1928, dedicadas principalmente a pintores. Destaca el monumento al Dr. Ramón Gómez Ferrer, dedicado por las madres valencianas. Su autor fue Francisco Paredes García, profesor de la Escuela de Bellas Artes de Valencia. El monumento, de mármol blanco y bronce, muestra al médico sentado en un banco con dos niños a sus pies. Estas esculturas infantiles (nietos del artista) fueron añadidas en la primera mitad de los años cuarenta del siglo XX. 

Monumento al Dr´Gómez Ferrer

Las otras esculturas están dedicadas a diversos pintores: Antonio Muñoz Degrain, formada por un busto en mármol sobre un pedestal que forma un banco de piedra, sufragado por el Círculo de Bellas Artes en su mayor parte y colocado aquí en 1915; es obra del escultor valenciano Francisco Marco Díaz-Pintado. 

Monumento a Muñoz Degrain

La escultura de Francisco Domingo Marqués inauguró a iniciativa de la Juventud Artística Valenciana en 1918, busto en mármol blanco realizado por Mariano Benlliure en 1885. En un primer momento el busto estuvo situado en las Alameditas de Serranos pero después de la riada de 1957 el mismo desapareció y al ser encontrado se determinó ubicarlo en los Jardines de la Glorieta. 

Monumento a Francisco Domingo Marqués

El monumento a Joaquín Agrasot Juan fue levantado en 1919 a iniciativa de Joaquín Sorolla entre otros y por suscripción popular, entre ellos el Ayuntamiento de Orihuela, lugar de nacimiento del pintor. El busto es del escultor Francisco Marco Díaz-Pintado.

Monumento al pintor Agrasot

Monumento a la capa española. Monumento donado por la Asociación Valenciana de Caballeros de la Capa Española al Ayuntamiento de Valencia. Obra en bronce de tamaño natural, del abogado y escultor Carlos Verdú Sancho. Inaugurada en marzo de 2012 por las autoridades valencianas.

Monumento a la capa española

Fuentes:
Fotografías originales del autor

Comentarios

Entradas populares de este blog

La desaparecida Academia Castellano, Valencia

La antigua Cárcel de Mujeres, Valencia

Homenaje a Blanquita