El Palleter

Monumento al Palleter junto a las Torres de Quart

Vicente Doménech, conocido por el sobrenombre de "El Palleter", fue personaje popular y destacado en la Guerra de la Independencia Española y que, según la tradición, sería el primero en alzar su grito de revuelta contra los franceses en Valencia.

Doménech fue un huertano nacido en Paiporta en 1783, que a los ocho años se trasladó al barrio de Patraix con unos familiares. Su indumentaria consistía en un traje de huertano o de "saragüell", con una faja roja en la cintura. Su trabajo consistía en vender pajuelas inflamables impregnadas de azufre que servía para encender el fuego (oficio que daría nombre a su apodo).

Placa conmemorativa en la Plaça de les Panses

En la placeta de les Panses, junto a la iglesia de la Compañía, varias veces a la semana llegaba el correo y la prensa desde Madrid, y allí se reunía la gente para leer en común la gaceta. El día 23 de mayo de 1808, la multitud se congregaba en la citada plaza. El ambiente ya estaba tenso, llegando días antes algunos párrocos a invitar en sus sermones al pueblo a defender su tierra frente al francés, como fue el caso del padre Rico en la pedanía de Beniferri. Al llegar la prensa se comenzó a leer en voz alta, y tras saberse que el rey había abdicado en favor del francés, todos los presentes callaron, durante unos minutos nadie decía una palabra. Al poco, alguien gritó "VIVA FERNANDO VII". Al momento cundió un gran alboroto y la muchedumbre comenzó a recorrer las calles gritando el nombre de Fernando VII. 
Mientras dentro se mostraban indecisos, "El Palleter", fuera entre la multitud, se desenrolla la faja encarnada que llevaba ceñida, la trocea y reparte entre sus compañeros, y guardando el trozo más grande para sí mismo, lo pone en la punta de una caña; a ambos lados pone una estampa, por uno la "Mare de Déu dels Desamparats" que él mismo tenía y por la otra, la de Fernando VII que había cogido en el comercio de un tal Beneyto.

Enarbola Vicente Domenech su "bandera", se dirige Vicente hacia la Plaza del Mercado. Llegan a la casa donde se vende papel sellado y Vicente pide que se lo entreguen todo, y tomando un pliego, sube sobre una silla, lo rompe ante una multitud y dice a gritos:

"Un pobre palleter li declara la guerra a Napoleó: Viva Fernando VII, i muiguen els traïdors"

Enardecidos por el grito de Vicente Domenech, la muchedumbre se dirigió al Palacio del Real donde se encontraba el Capitán General y consiguieron la promesa de entregar armas al pueblo para la defensa de la ciudad. A continuación se dirigieron al Palacio de la Generalitat, donde el franciscano padre Rico, subió al salón de sesiones y solicitó se declarara el estado de guerra y se decretara el alistamiento general. El Acuerdo declaró de facto la guerra a Napoleón el mismo 23 de mayo de 1808 y proclamó en bando rey de España e Indias a Fernando VII, así como el alistamiento. Vicente Domenech, según algunas fuentes, fue ajusticiado antes de terminar la guerra.

Hoy en día podemos ver tres figuras de él repartidas por la ciudad, aunque la más conocida sea la situada en los jardines de Guillem de Castro junto a las Torres de Quart. Esta fue realizada por el escultor Emilio Calandín Calandín (1870-1919), sobre un basamento de piedra, y dedicada a Vicente Domenech, llamado “El Palleter”.

Copia del monumento en el Museo San Pío V

El original, en yeso, y de menor tamaño, está en el Convento de Santo Domingo de Valencia además de haber otra copia de ésta en el jardín de la zona de exposiciones temporales del Museo de Bellas Artes. La escultura original fue presentada a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1901, y premiada junto a obras de Mariano Benlliure y de Joaquín Sorolla. Fue con motivo del primer centenario de la guerra de Independencia, hacia 1908, cuando se creó una comisión encargada de gestionar la realización de una copia en bronce de la estatua que representaba a Vicente Doménech, El Palleter. Para llevar a cabo la fundición de la escultura, se solicitó a las Cortes la concesión de bronce procedente de material bélico en desuso. Una vez concluido el fundido y completada la labor de pulido de la pieza, se instaló en 1966 junto a las Torres de Quart, antigua puerta de acceso a la ciudad, delante de unos restos de muralla que todavía quedaban en pie.

Escultura original. Convento de Santo Domingo


Fuentes:
Fotografías originales del autor

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