El colegio Cervantes en Valencia
Grupo Escolar Cervantes, en la calle Guillem de Castro de Valencia, según proyecto de Eugenio López Aracil. En la zona donde aparece desde hace más de cien años el colegio Cervantes ha habido de todo: fábrica de municiones, "escorxador" (matadero) y mercado de Abastos. Hasta en la parcela contigua hubo una plaza de toros, hasta que en 1860 comenzó a funcionar la actual; el matadero fue trasladado a su posterior emplazamiento en el paseo de la Pechina y el mercado de Abastos donde ahora se encuentra la Delegación de Hacienda y los jardines de San Agustín. Pero al llegar el siglo XX ya se decidió construir un grupo escolar. Se escogió el nombre de Cervantes, porque se cumplían los tres siglos de la aparición de El Quijote, y después, de la muerte de su autor. Por cierto, que se encargó a Mariano Benlliure una escultura monumental del escritor, pero inicialmente fue colocada en la plaza del Picadero (actualmente plaza de Los Pinazo, frente a El Corte Inglés) y en la década de los años treinta se reivindicó su colocación en los jardines frente al colegio, de manera que aquel paraje ajardinado ya es conocido popularmente como "las Alameditas de Cervantes".
En 1903 se iniciaron las obras en una parcela rectangular que había ocupado el antiguo matadero, y en el año 1909, aún a punto de concluir, fueron visitados los trabajos por el rey Alfonso XIII, que estuvo en Valencia con motivo de la Exposición Regional. Fue el primer grupo escolar graduado construido por el Ayuntamiento y su construcción costó 250.000 pesetas.
Inicialmente las escuelas estaban separadas para niños y niñas; aún en la fachada aparecen los rótulos cerámicos que indican el acceso para unos y otros alumnos; fue en los años sesenta, cuando el ministro valenciano José Luis Villar Palasí hizo la reforma de la Educación, cuando las clases comenzaron a ser mixtas.
Monumento a Cervantes |
Fuentes:
Fotografías originales del autor.
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