La ermita de Vera, Valencia


Su verdadero nombre es Ermita de la Inmaculada Concepción, pero por todos es conocida como Ermita de Vera. Su nombre le viene del lugar donde se encuentra enclavada: la Partida de Vera, ya que por este lugar pasa la acequia de Vera que es un ramal a su vez de la acequia de Mestalla. 

Anteriormente la ermita se encontraba bajo la advocación de la "Verge del Roser" pero en 1854 cambió su advocación por la de la Inmaculada Concepción. Según la tradición la imagen de la "Verge del Roser" fue encontrada en las aguas de la acequia por unos huertanos y enseguida fue entronizada en la Ermita de Vera. 

Antigua propiedad de los Marqueses de Malferit, fue adquirida por el Ayuntamiento en 1984, habiéndose realizado entre los años 2003 y 2004 un completo proyecto de restauración desde la Universitat Politècnica, actuación dirigida por el arquitecto Eugenio Viedma Dutrús. Está declarada Bien de Relevancia Local.

El pequeño caserío de Vera compone un pintoresco conjunto de arquitectura popular en la huerta de Alboraya formado por la antigua alquería, el molino y la ermita propiamente dicha, definidos por diferentes volúmenes independientes. El acceso a la ermita y al molino contiguo está protegido por un mismo atrio o porche soportado con dos columnas octogonales de factura medieval a los que las gentes del lugar les ha dado nombre: mora y cristiana. Sobre la cubiertas de la ermita sobresalen una sencilla espadaña y una pequeña cúpula de teja sin esmaltar. El interior posee un revestimiento neoclásico de líneas muy sencillas y se cubre con una bóveda de cañón con arcos formeros, contando con varias pequeñas capillas laterales y un coro de madera a los pies. El retablo del Altar Mayor es de estilo neogótico de madera policromada. Preside el retablo una imagen de La Purísima, y bajo ella un Cristo. 

En la fachada principal se abre la entrada a la ermita, formada por un sencillo arco escarzano. A su derecha un antiguo pozo que preside un panel cerámico de la Virgen de los Desamparados. Ambos elementos se encuentran en el interior de un nicho en la pared formado por un arco de medio punto ligeramente apuntado y realizado en ladrillo. A la izquierda encontramos la entrada al molino.

A espaldas de la ermita se hallaba el “clot”, el manantial que cegaron por las humedades que ocasionaba en sus muros, cuya referencia literaria fue detallada en la novela “Tierra Levantina”, de Morales San Martín. En la balsa se bañaban los chicos, en verano; y también pescaban lisas y anguilas que guisaban en El Famós (que de típico figón es hoy estupendo restaurante de cocina valenciana), con sólo pedir un vaso de vino y aceitunas partidas.

Fuentes:
Fotografías originales del autor

Comentarios

Entradas populares de este blog

La desaparecida Academia Castellano, Valencia

La antigua Cárcel de Mujeres, Valencia

Homenaje a Blanquita