La iglesia de Santa Catalina, Valencia


 


La iglesia de Santa Catalina se levantó en el barrio de La Seu, en la actual plaza Lope de Vega, sobre una mezquita anterior. Los orígenes de la iglesia de Santa Catalina Mártir se remontan a la propia conquista de Valencia por Jaime I en 1238, ya que se trataba de una de las diez parroquias fundacionales de la ciudad. El cuerpo principal del templo se construiría a lo largo del siglo XIV, dándose por terminadas las obras entre 1367 y 1371 cuando se concluyen las últimas capillas a los pies de la iglesia, levantadas como capillas funerarias para las familias Arnau de Valeriola y Gregori Simó. Tras un pavoroso incendio sufrido en 1584, fue parcialmente reconstruido. 



En 1785 se le dio un aspecto barroco, cegándose el rosetón, los óculos y las capillas sepulcrales de la plaza Lope de Vega utilizando para ello diversas piezas góticas, entre ellas, fragmentos de una escultura que representa a un obispo. 

Campanario desde la calle de la Paz

El campanario fue construido entre 1688 y 1705 por Juan Bautista Viñes en estilo barroco y alcanza los 56,12 m de altura. La torre dispuso de un reloj instalado en 1914 y que en la última reforma efectuada a principios del siglo XXI, concretamente en 2012, fue retirado por anacrónico.

Escalera del campanario

Cuerpo de campanas

En 1936 la iglesia fue asaltada por milicianos republicanos e incendiada, arruinándola completamente. Hacia 1951 el arquitecto diocesano Vicente Traver Tomás comienza las obras de restauración del templo para continuarlas en 1953 Luis Gay Ramos. Se comenzaron los trabajos en el templo eliminando la decoración interior barroca, consolidando la estructura, saneando las bóvedas y construyendo la actual fachada interior además de pavimentar el conjunto de la superficie interna. Con las obras de repristinación se aprovechó para devolver a la iglesia su primitiva traza gótica. En 1960 se abre el templo a los fieles a pesar de no estar concluidas las obras en su totalidad. 



En el lado izquierdo de la fachada de la plaza Lope de Vega podemos ver un panel de azulejos o retablo cerámico con una pequeña hornacina central sobre un fondo arquitectónico. El retablo se encuentra bajo la advocación de la Virgen de la Paz. Este panel de azulejos es el único recuerdo que queda de la Capilla dedicada a la Virgen de la Paz que fue construida en 1510 y que se encontraba en este mismo lugar pero en el interior del templo. Para la construcción de la citada capilla se cegó el óculo o rosetón lateral que en la actualidad se ha vuelto a recomponer. 



En 1981 la Iglesia de Santa Catalina Mártir es declarada Monumento Histórico Artístico. 


Fuentes: 
Fotografías originales del autor

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