El convento de Santa Clara, Valencia


El convento de Santa Clara de Valencia se encuentra ubicado en la avenida Pérez Galdós número 119 de la ciudad. Es un convento de clausura fundado en el 1911 y habitado por monjas de la Orden de las Clarisas coletinas. El edificio es obra del arquitecto leonés afincado en Valencia, Ramón Lucini Callejo. Lo realizó para albergar un nuevo convento para las Capuchinas de Santa Clara en Valencia.​ 

La congregación fue fundada en el año 1609 por el Patriarca San Juan de Ribera para las monjas capuchinas que vinieron desde Barcelona y que se encontraba en la céntrica calle de Convento de Santa Clara. Con la desamortización, las monjas tuvieron que abandonarlo en el año 1835. El viejo convento fue demolido en el año 1868 como consecuencia de la reforma interior que se ejecutó por el Alcalde de Valencia Marqués de Sotelo, tras el derribo de la antigua cabecera de la Estación del Norte que se hallaba frente al actual edificio de Correos.




En 1913 la comunidad de religiosas se trasladó al nuevo monasterio, que en el momento de su construcción se hallaba a las afueras de la ciudad, en el distrito de Tránsitos, rodeado de huerta. La nueva ubicación pretendía facilitar la vida contemplativa de las religiosas.​

Después de la guerra civil, abarrotada la prisión provincial, en junio de 1939 se habilitó el Convento de Santa Clara como prisión femenina. La gestión de la nueva cárcel corrió a cargo de las monjas Capuchinas. El primer ingreso, con fecha de 29 de junio, fue de doscientas reclusas. Antes de que acabara el año, la cifra total alcanzó las novecientas presas. La prisión cerró en 1942.




Su estilo arquitectónico es el modernismo valenciano con influencia del historicismo medievalista.​ Consta de tres alturas. La edificación gira en torno a un patio central que hace las funciones de claustro. Destaca en la fachada los muros y la utilización del ladrillo. La iglesia es de estilo neoclásico y posee una única nave. El acceso a la iglesia se realiza por medio de un pequeño patio. Es la única parte visitable del convento.​

​Existe la creencia popular por parte de novias y falleras de que ofreciendo huevos al convento no lloverá en el día de su boda o acto fallero.​ En el convento piden no caer en el simplismo de llenar sus dependencias de huevos. 

Fuentes:
Fotografías originales del autor


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