Carpesa


Carpesa es una pedanía de la ciudad de Valencia, situada al norte de la ciudad, entre el Camino de Moncada y el barranc de Carraixet y rodeada de huerta. En época de al-Ándalus era una alquería. Jaime I la tomó durante la conquista de Valencia, y la entregó a Bernardo Vidal de Besalú, tal como recoge el Llibre del Repartiment. Vidal se deshizo pronto de esta propiedad, vendiéndola al rey. Éste, el 29 de mayo de 1246 la entregó a la Orden del Temple, trocándola por Ruzafa. Tras la desaparición del temple, Carpesa pasó a la Orden de Montesa. En 1574 Bonrepós se segregó de la parroquia de Carpesa, y de esta nueva parroquia pasaron a depender Mirambell y Casas de Bárcena. Carpesa se constituyó como municipio independiente con la disolución de los señoríos. Entonces contaba con una población de 600 habitantes, más de 100 casas y 2 escuelas. Su huerta es regada por la acequia de Moncada; hasta el siglo XIX estaba poblada de moreras para la industria de la seda, hoy en cambio abundan los naranjos y otros productos hortícolas. Fue municipio independiente hasta el año 1898, año en que se anexionó a Valencia.

  


En su patrimonio podemos citar la Iglesia de los Santos Abdón y Senén, de finales del siglo XVIII o principios de XIX, cuando el lugar pertenecía todavía a la antigua Orden de Montesa. La planta es de tres naves, la principal cubierta con bóveda de cañón. Una cornisa con barandilla metálica corre sobre pilastras corintias que enmarcan arcos de medio punto en comunicación con las naves laterales. El presbiterio tiene bóveda absidial y a los pies de la nave se encuentra el coro. El templo estuvo dedicado a San Pedro hasta 1942, en que se cambió por la actual advocación. Cuenta la leyenda que allá por 1.730 recorría la huerta un religioso capuchino predicando las excelencias de los santos de la piedra Abdón y Senén con el fin de fundar cofradías en su honor. Parece que sólo tuvo éxito en Carpesa. A los pocos días de ser establecida dicha cofradía comenzó por toda la huerta una fuerte tormenta que descargó buena cantidad de piedra e hizo perder la cosecha de todos los campos de la comarca, sólo dejando indemnes los campos del término de Carpesa. Este es, según los más viejos, el origen de la fiesta de Acción de Gracias a los Santos de la Piedra que se celebra en verano en la localidad.

Parroquia de los Santos Abdón y Senén

La Ermita de San Roque, construida a finales del siglo XIX, está rodeada de una zona ajardinada.​ Tras la ermita se halla el antiguo cementerio. Es un pequeño edificio de planta estrecha, altos muros blanqueados en los laterales y cubierta a doble vertiente. En la cabecera sobresale al exterior el pequeño cuerpo de la sacristía, de menor altura y tejado independiente. La fachada es de ladrillos rojos, con pilastras en las esquinas y remates de jarrón. Sobre el vértice del frontón triangular se alza la airosa espadaña, también de ladrillos, con campana, cruz y veleta. La puerta es de arco de medio punto y entre ella y un gran óculo enrejado existe un llamativo retablo cerámico representando al santo titular en una hornacina rectangular. El interior tiene piso ajedrezado y cubierta de bóveda de cañón con lunetos entre los arcos. La imagen de San Roque, obra de gran calidad del escultor Carmelo Vicent, nacido en la propia Carpesa, se venera en el nicho del altar neoclásico que preside la ermita. Durante la fiesta de San Roque, los clavarios y vecinos suben a la ermita para que los “rotllos” sean bendecidos en la solemne misa.

Ermita de San Roque

Otra de las fiestas que celebran los vecinos de Carpesa es San Antón, en el mes de enero, cuando se engalanan las caballerías para que el sacerdote las bendiga. A continuación, se elaboran las calderas de carne y productos de la huerta y se reparten raciones a todos los vecinos. 

Fuente en la Plaça del Poble


Fuentes:
Fotografías originales del autor


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