El Colegio del Arte Mayor de la Seda, Valencia


El Colegio del Arte Mayor de la Seda tiene su origen en el siglo XV, ante la necesidad de unificar los criterios para la producción de la seda en Valencia dados los conflictos que se originaban por la falta de calidad de algunos productores. Es así como nació el “Gremi de Velluters” (tejedores de terciopelo), que aprobó el 16 de febrero de 1479 las primeras ordenanzas del gremio. Unas ordenanzas que fueron ratificadas oficialmente por el rey Fernando el Católico el 13 de octubre de 1479. El Gremio fue elevado a Colegio del Arte Mayor de la Seda por medio del título que les otorgó el rey Carlos II en 1686. 

Portada principal con altorrelieve obra de Ignacio Vergara




Con este real privilegio la actividad de la seda pasa de ser un oficio a convertirse en un Arte, de ahí la importancia de este privilegio. Se comenzaba la actividad como aprendiz, para pasar posteriormente a ser oficial y después de cinco años y previo examen teórico-práctico se accedía a la categoría de Maestro sedero que era la máxima cualificación que se podía ostentar dentro del Gremio. 

La sede del Gremio se instaló en la calle del Hospital, en el barrio al que dio nombre, el de “Velluters”, debido a la alta concentración de telares que se daba en este barrio, que llegó a tener en 1767 cerca de cinco mil telares que daban trabajo a casi la mitad de la población de Valencia. La parcela del edificio actual fue adquirida en 1494, pero el edificio (que fue declarado monumento histórico-artístico nacional en 1981) sufrió diversas transformaciones arquitectónicas a lo largo de su historia, por lo que muestra un estilo principalmente barroco.





Desde principios del siglo XIX la industria sedera entró en crisis. Las máquinas terminaban con la actividad artesanal, y la sedería valenciana perdía competitividad a pasos agigantados. Por el decreto de Nueva Planta promulgado por el rey Felipe V, los gremios y colegios pierden su representación en el Consejo de la Ciudad (entiéndase Ayuntamiento). La disolución del Colegio tuvo lugar en 1813 con la aprobación del decreto de libertad de industria aprobado por las Cortes de Cádiz. La estocada final llegó con la epidemia de la pebrina en 1854 que afectó de lleno a la crianza del gusano de seda. La producción cayó en picado y la seda que llegaba a los telares era de calidad ínfima. La crisis provocó malas condiciones laborales, paro, pérdidas económicas, una ruina para el sector.

Capilla con panel cerámico representando a San Jerónimo

Panel cerámico con el emblema del Colegio

Ante tal desespero los velluters dijeron basta el 21 de enero de 1856. Los trabajadores de la seda salieron a la calle, se amotinaron enfrente del Colegio en el conocido como Motín dels Velluters, la primera gran manifestación de lucha de clases en Valencia, reivindicando una solución laboral y sueldos dignos. La protesta acabó tomando un cariz político y solo se pudieron contener los disturbios ante la amenaza de una intervención militar. La sericicultura valenciana disminuyó notablemente, hasta desaparecer por completo, y con ella los ingresos del Colegio. El barrio de Velluters fue se quedó sin la producción que fue su origen y se fue degradando con el paso de las décadas del siglo XX. El edificio con toda su decoración barroca fue empeorando su estado, incluso sufrió peligrosas sustracciones,​ y la construcción de un aparcamiento subterráneo cercano hizo peligrar su estructura.


El edificio tiene planta trapezoidal y se compone del edificio noble o Colegio y un huerto o jardín situado en la parte posterior. Ocupa una superficie de 2.500 m2 y la fachada principal una longitud de 29 metros. Su interior se compone de semisótano, entresuelo y planta principal. El Salón de la Fama es la habitación más lujosa de todo el conjunto y sala noble del edificio. El suelo es una bellísima composición realizada en 1757, formado por 2.177 azulejos con diversas representaciones alegóricas. Así en su centro encontramos a la Fama y en los cuatro ángulos que lo forman, cuatro representaciones de mujeres subidas en carros con sus animales simbólicos tirando de ellas. Representan a cada uno de los cuatro continentes entonces conocidos: África por leones, América por caimanes, Europa por caballos y Asia por elefantes. Los azulejos fueron confeccionados en los talleres de Vicente Navarro, situados en la calle Corona y que era tal vez, el más importante de la ciudad en su momento. La pintura del techo es obra de José Vergara y representa a San Jerónimo en actitud penitente sobre un fondo rocoso. 

Con su rehabilitación, impulsada por la Fundación Hortensia Herrero, se ha recuperado un trozo de la historia material e inmaterial de la ciudad, ya que el gremio de los sederos fue referente en el resto del mundo y uno de los motores de la economía valenciana. El archivo del Colegio del Arte Mayor de la Seda es el más importante de Europa y conserva un gran número de ejemplares desde su inicio hasta la actualidad en forma de pergaminos, libros y cajas de archivo. Este edificio comenzó a rehabilitarse el 10 de noviembre de 2014, y el 18 de junio de 2016 abrió sus puertas.

Fuentes:
https://www.museodelasedavalencia.com/museo/
https://es.wikipedia.org/wiki/Colegio_del_Arte_Mayor_de_la_Seda
http://www.jdiezarnal.com/valenciacolegioseda.html
Fotografías originales del autor

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