La calle de Roteros, Valencia

La Calle de Roteros dio nombre al antiguo “Poblado de Roteros”, antecedente del actual Barrio del Carmen. La calle va de la plaza del Carmen hasta la calle de Serranos, junto a las torres de Serranos, y es paralela a Blanquerías, en la margen derecha del viejo cauce del Turia. Alberga varios restaurantes, al lado mismo está la casa de "les Roques", los monumentos alegóricos que se exhiben en la procesión del Corpus, e, incluso, allí hubo una afamada tienda de muebles que se hizo muy popular a base de repetidos anuncios en la radio de los años sesenta. Era “Muebles Peris; Roteros, 14, Valencia”. El origen del nombre se relaciona con "rothorium", vocablo del latín vulgar con el que se designaba cada una de las balsas o depósitos de agua para macerar lino o cáñamo. En el barrio ya se asentaban, antes de llegar Jaume I, las fábricas musulmanas de tejidos y curtidos, y allí se establecieron después los cristianos, que utilizaron los "rothorium" que ya existían.

Por cierto, si “rothorium” nos sugiere el término rotar, o sea, dar vueltas, rodar..., nada más apropiado con lo que se hace en esas balsillas o tinajas para curtir pieles, tintar o remojar y batir lino o cáñamo, para domar sus fibras y poder tejerlas. Era más bien un suburbio aún medio rural y quedaba a nivel del río (riadas y escombros elevaron después el nivel de las calles), lo que facilitaba el desvío del agua necesaria para la actividad de los "rothorium" o roteros. Por otra parte es sabido que en las huertas próximas, además de productos alimenticios se cultivaba lino y cáñamo. En el arrabal de Roteros se asentaron los Carmelitas en 1281 y parte de ese convento es la actual Iglesia del Carmen.

En el número 5 se encuentra el histórico Horno Montaner. Es de 1932 y ya van por la 3ª generación. En él podemos observar un curioso cuadro repleto de imágenes “homenaje” sobre la riada del 57 y en la pared, una placa conmemorativa de lo que allí se dispone: “Forn i Pastisseria Montaner. Lienzo de la muralla árabe de Valencia (Siglo XI)”. Los restos salieron a la luz hace 11 años tras una reforma; en el exterior del edificio, en la finca de la calle contigua, también se puede ver parte de esta integrada a la fachada del edificio.

En esta calle también se encuentra el Museo del Corpus, formado por la Casa de las Rocas que data del siglo XV, mandada construir por Pere el Cerimoniós, con el fin de que sirviese de albergue a los carros y demás útiles que acompañaban a la procesión del Corpus. El edificio resultó inundado hasta una altura de cuatro metros en la riada de 1957. Recientemente, en 2006, se ha restaurado la Casa de las Rocas y un edificio colindante datado en el siglo XVIII.

Junto al número 22 podemos ver una placa conmemorativa a Vicent Gómez Serrano. Éste tenía un quiosco en la calle de Roteros, en principio frente al número 22 y después en una finca que hacía esquina a la calle de Moret. Poco después de su muerte,en 1993, la Asociación de Vecinos de la barriada del Carmen, presidida por Miguel Wiergo, quiso rendirle un homenaje con la colocación de un panel de azulejos en la fachada del edificio en el que había vivido.

En la esquina con la plaza del Carmen se encuentra un edificio señorial del siglo XVIII, de aspecto cúbico, conocido popularmente como "Casa Vella". Construido a base de muros de carga y viguerío de madera, consta de planta baja, entresuelo y dos pisos altos. Presenta sobrias y asimétricas fachadas, fragmentadas horizontalmente en dos grandes cuerpos mediante una cornisa moldurada. Sus variados huecos están alineados sobre ejes verticales y, entre ellos, destacan en planta baja la portada de la antigua vivienda, con columnas dóricas y arco de medio punto, y en la planta principal enormes puertas balconeras con huecos abocinados y antepechos de hierro fundido. Ha sido restaurado, recuperando el color y manifestando al exterior fragmentos pétreos del edificio original. Albergó el restaurante “Casa Vella” y ahora está siendo rehabilitado como hotel.