La casa Vallier, Valencia
En el lugar donde ahora se encuentra el palacio, estuvo ubicada la Antigua Casa Bailía, edificio que albergaba el Archivo del Real Patrimonio y residía la figura del Bayle, el encargado en la Casa Real de la administración del Patrimonio de exclusiva titularidad regia y que se remonta al reinado de Jaume I.
El edificio actual data de 1883, cuando Francisco Royo y Salvador, rico hacendado de la ciudad de Valencia, compra la antigua Casa Bailia y manda construir al gran arquitecto Salvador Monmeneu una nueva casa que pasaría a formar parte del patrimonio de la familia e historia viva de la ciudad. Se trata de un edificio modernista semipalaciego de carácter residencial-burgués situada sobre solar prácticamente cuadrangular, con fachada principal recayente a la plaza de Manises y secundarias a las calles Baylía y Convento de la Puridad. Está integrado en el área de protección del la declaración de Bien de Interés Cultural del Palau de la Generalitat. La casa presenta la puerta de entrada, una gran portada con arco de medio punto, situada en el eje de la fachada principal, plaza de Manises. Queda patente la jerarquización de huecos, dotando de mayor altura a los del piso principal, residencia de los propietarios. La escalera principal está desplazada hacia la izquierda debido a que en el momento de la construcción la vivienda de la calle Bailía nº 6 no pertenecía al propietario. En 1924, Vicente Rodríguez, arquitecto de la Diputación, recibe el encargo de Juan Royo Cardona, hijo del anterior, para remodelar la distribución de la planta segunda transformándola en dos viviendas independientes. En fachada, se remodelan por completo los huecos significando los correspondientes a la planta primera y planta segunda separándolos de los entresuelos y planta de terrazas mediante impostas molduradas. En la calle Bailía se construyen dos miradores uno en planta principal y otro en la planta segunda.
Durante la Guerra Civil española es incautado y convertido en Tribunal Supremo. Después de la guerra, y tras haberse convertido en la Dirección General de Regiones Devastadas durante la postguerra y Casa Americana en los 70´s. En los años 90 la finca fue arrendada para oficinas por la Diputación de Valencia -cuya sede también se encuentra en la Plaza Manises-. La administración utilizó el edificio para ampliar sus instalaciones, tal y como se adivinaba en las lámparas de oficina y los suelos abombados por el peso del papel.
El acuerdo alcanzado en 2017 entre la cadena MyR Hotels y los dueños del Palacio Vallier -la familia Piñó Pérez- supone la cesión de la propiedad por un periodo de 27 años para convertir el céntrico edificio en un hotel de lujo. La operación fue rubricada por Fidel Molina, presidente del Grupo Comatel -en el que se integra la cadena MyR Hotels-; y por la centenaria Desamparados Piñó Pérez en representación de la sociedad Vallier-Piñó SL. La inversión del grupo hotelero ha ascendido a los 14,6 millones de euros y las obras de adecuación han sido dirigidas por la firma Janfri Ranchal Studio.
Durante las obras de rehabilitación han aparecido restos de muros, balsas con sistemas de desagüe de plomo, pavimentos y restos de pinturas murales y numerosos fragmentos de botellitas de vidrio de lo que las primeras hipótesis de los expertos identifican como una perfumería de época romana, en concreto, del siglo III. También ha aparecido un enterramiento de época visigoda, de una mujer de 25 años, que ha sido localidad sin ajuar ni lápida. El enterramiento no estaría dentro de la ciudad visigoda, más pequeña que la Valentia romana, y todavía no se sabe si es un enterramiento aislado o una necrópolis visigoda.
El hotel Palacio Vallier, inaugurado en noviembre de 2019, de cinco estrellas y perteneciente a la cadena valenciana MyR Hotels, cuenta con 31 habitaciones. Dispone también de un restaurante gastronómico con vistas a la Plaza de Manises, Lladró Lounge, terraza exterior, solarium y espacios privados para eventos.
Fuentes:
Fotografías originales del autor
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