El puente móvil del puerto de Valencia

 

Fue construido por el ingeniero de caminos Julio Martínez Calzón en 2001 como puente levadizo para uso ferroviario que conectaba los muelles de Levante y Poniente del puerto de Valencia, y permitió la eliminación de la infraestructura ferroviaria de la dársena interior del Puerto, primer paso del proyecto Balcón al Mar. Costó 2.300 millones de pesetas (14 millones de euros), de los cuales la Generalitat aportó 1.300 millones (690 de ellos procedentes de los Fondos Feder) y la Autoridad Portuaria el resto. Fue uno de los mayores puentes levadizos ferroviarios construidos y el único en España de estas características. La estructura portante consiste en una sección tipo bijácena, que recibe en su parte inferior el tablero transversal que forma la plataforma. Las vigas horizontales se sustentan con sendos tirantes inclinados.

Inaugurado en enero de 2002, en poco tiempo se convirtió en un puente inútil al cambiar toda la distribución de tráfico de ferrocarril y carretera del interior del puerto. La autoridad portuaria intentó venderlo al puerto de Santander, pero finalmente se desestimó esta posibilidad porque resultaba igual de caro el traslado y adecuación que construir uno nuevo.



Se hizo fijo para la Copa del América y posteriormente, por exigencias de la Fórmula 1, se trasladó en 2008 a su nuevo emplazamiento en el canal de la marina. Las dimensiones de la infraestructura hacían "inviable" el traslado por tierra y la Autoridad Portuaria (APV) trajo ex profeso de Rotterdam un barco-grúa especializado en este tipo de operaciones. Estaba previsto que las cuatro piezas de 165 toneladas cada una que forman la estructura se trasladaran en barcaza por el canal de 80 metros de ancho. -apenas le sobraban 10 metros por lado-. El puente se reutilizó en el trazado del circuito de Fórmula 1 tras quedar fuera de uso con motivo de la Copa del América. El traslado y remodelación del puente para hacerlo giratorio y que sus hojas se plieguen a ambos lados del canal costó 11 millones de euros. La ejecución del proyecto la asumió la APV, propietaria del puente. En apenas seis años se gastaron 31 millones de euros en esta obra -14 en su construcción, 6,2 en su reconversión en fijo y otros 11 en el cambio de ubicación. 


El viaducto no era lo suficientemente ancho para la prueba de Fórmula 1 y fue necesario ampliarlo longitudinalmente con una pieza de 10 metros de ancho para conseguir los 18 metros que se necesitan de lado a lado. De la estructura del puente se aprovechó el 70%. La rótula, el sistema de empuje (antes neumático y ahora por émbolos) y los contrapesos eran nuevos.

Pese a su singularidad y a su elevado coste, el puente permanece sin uso la mayor parte del año y sus brazos están abiertos para permitir el paso a las embarcaciones. En los últimos tiempos, tan solo se ha utilizado para dar acceso a los asistentes a un evento musical y para alguna carrera popular.

Fuentes:
Fotografías originales del autor

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