La calle del Mar


El origen de esta calle se remonta a la época romana, puesto que su trazado coincide con la vía natural que comunica el recinto amurallado de la ciudad romana con el grao, distante de ésta unos 4 kilómetros prácticamente en línea recta. Concretamente el inicio de la calle está muy próximo a la “porta Sucronensis” de dicho recinto, en un estrecho entrante que da acceso al actual número 9 de nuestra calle.

Ubicación de la Porta Sucronensis

Siglos más tarde, en la época de ocupación musulmana, entre los años 714 y 1238, la ciudad se amplió con un nuevo recinto amurallado, quedando una de sus puertas en nuestra calle del Mar, Bab-al-Xaria o puerta de la Xerea, que se encontraría a la altura de la plaza de la Congregación, hoy llamada plaza de San Vicente Ferrer.

Plaza de San Vicente Ferrer

Desde los primeros años de dominación islámica de Valencia, fueron muchos los judíos que eligieron la ciudad para instalarse, dando lugar a la formación de la Judería de la Valencia medieval. Así pues, el barrio de la Judería o "Call” ocupaba un buen trecho de la posterior calle del Mar. La actual calle de Luís Vives de hecho antes era llamada “calle de la Taverna del Gall”, probablemente corrupción de “call”. Al final de esta calle, en la plaza de Margarita Valldaura, se encontraba la casa natal del citado humanista judío.


Antigua ubicación de la librería Regolf, sobre el solar del convento de San Cristóbal

Calle de San Cristóbal

El rey don Jaime, tras la conquista de la ciudad en 1238, asignó a los judíos un terreno que fue ampliado posteriormente, y que fue delimitado con un muro de cierre entre 1390 y 1391. Este cierre, cuya puerta oeste estaba a la altura de la calle de la Cárcel de San Vicente, en la entonces plaza de la Figuera, obligaba a los comerciantes a dar un gran rodeo para ir y venir del Grao, y también a los feligreses del convento de Santo Domingo, en la plaza de Tetuán. Los vecinos entonces solicitaron al Consell de la ciudad la apertura de una calle que, partiendo de la plaza de la Figuera, fuera en línea recta hasta la puerta de la Xerea. La negativa del Consell fue el desencadenante del asalto a la Judería el 9 de julio de 1931. En la contienda participó San Vicente Ferrer, nacido en esta misma calle como veremos, desaprobando la acción de los cristianos y consolando a los judíos. Por fin, en 1392 el rey Juan I accedió a la petición de los vecinos, y todo el laberinto de callejas, plazuelas y atzucacs se fue transformando en una calle lineal, con distintos nombres según los tramos, hasta convertirse en nuestra actual calle del Mar. En los años siguientes continúan las expropiaciones de algunas casas para rectificar su trazado y ensancharla porque la estrechez de la calle impedía el paso de la procesión del Corpus, según se recoge en los “manuales de Consells” de finales del siglo XV y principios del XVI. La ciudad cristiana continúa su expansión y a partir del año 1356 se construye la nueva muralla. Uno de sus cuatro “portals grans”, la llamada “Porta de la Mar”, se ubica en la salida de la ciudad hacia el mar, punto donde por el momento concluye nuestro recorrido, unos 600 metros más allá de su inicio.

Trazado de la calle del Mar. En rojo, muralla islámica. En morado, muralla medieval.
Foto: Google Earth

La actual calle del Mar comienza, como ya hemos visto, en la plaza de la Reina. Al inicio de la calle, ocupando la primera manzana de la derecha y también parte de la plaza de la Reina, se encontraba el convento de Santa Tecla. Se trataba de un convento ocupado por religiosas agustinas en 1560 construido frente a la cárcel donde estuvo prisionero San Vicente Mártir y cuya custodia tuvieron asignada; ocupaba el solar de la casa donde nació el beato Nicolás Factor. Este convento fue derribado en 1868 al abrirse la citada plaza, y en el solar se construyó una manzana de viviendas proyectada por Joaquín Belda Ibáñez. Las monjas expulsadas se trasladan el 16 de octubre de 1868 al monasterio de Santa Catalina de Siena y en él permanecieron hasta 1881 en que se trasladan de nuevo a San Vicente de la Roqueta.



A la altura aproximada del número 22 de la calle, frente al palacio de Valeriola, se encontraba la sinagoga mayor de la Judería. Según cuentan las crónicas, la noche del 9 de julio de 1391 se oyeron voces misteriosas que partían del suelo de la misma, y al excavar encontraron una pequeña imagen de San Cristóbal. En ese lugar se construyó en 1409 el convento de San Cristóbal, regentado por monjas canonesas agustinas, que lo dirigieron hasta 1868 en que fue derribado para ensanchar la calle del Mar. El convento se trasladó a la calle Poeta Bodría, junto a la calle Alboraya, donde aún puede verse la antigua imagen de San Cristóbal. Tras el derribo se construyeron nuevas casas, en cuyos bajos estuvo durante muchos años la papelería Regolf, fundada en 1881 y trasladada actualmente al número 47 de la misma calle. Frente a este edificio se encuentra, como ya he mencionado, el palacio de Valeriola, que actualmente está siendo rehabilitado por la fundación Hortensia Herrero como futuro Centro de Arte.

Palacio de Valeriola

Haciendo esquina con la plaza de San Vicente Ferrer encontramos la casa de los marqueses de Valero de Palma. Este título pontificio fue concedido a Álvaro Valero de Palma, senador por Alicante, en 1902; éste compró la casa a finales del siglo XIX, ya construida, a Carlos Morand Bordehore, que fue presidente de la Diputación de Alicante. La casa tenía inicialmente planta baja y dos alturas; la planta baja se destinó a oficina del Banco de Valencia, y la superior a vivienda del marqués. Posteriormente se añadieron las restantes alturas. A partir de 1939 fue destinada a centro escolar, y en 1967 fue vendida por el marqués a la Caja Rural de Valencia. Actualmente pertenece a la Diputación Provincial de Valencia. En esta plaza se encuentra también la Iglesia de la Congregación, de 1717.

Iglesia de la Congregación

Casa de los marqueses de Valero de Palma

En el número 49 encontramos la casa del barón de Vallvert algo desplazada con respecto al trazado de la calle. Antes de ser la vivienda del Barón fue fábrica de abanicos; posteriormente fue adquirida y reformada por éste. Su estancia más vistosa es la cocina de azulejería valenciana del siglo XVIII. En octubre de 2005 los 1800 azulejos fueron robados pero se recuperaron un año más tarde. El edificio, de finales del siglo XIX está apoyado en un almudín medieval con arcos apuntados. Hay constancia de la venta de este almacén a la ciudad en el siglo XVI por parte del gremio de Sombrereros, propietarios también de la vecina casa natalicia de San Vicente Ferrer. El palacio fue donado a la Generalitat Valenciana en 1998 y existe el proyecto de abrir un Museo de la Indumentaria. Adosado a éste se encuentra la Casa natalicia de San Vicente Ferrer.

Palacio del barón de Vallvert

Casa natalicia de San Vicente Ferrer

Separado de ésta por la calle del Pouet de Sant Vicent está el edificio de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad, obra del arquitecto Antonio Gómez Davó y finalizado en 1934. Obra casticista con influencias neobarrocas. Alterna el granito en el basamento, el ladrillo en el cuerpo central y la coronación muy decorada. La imponente fachada recae en el chaflán y se remata con una torre.

Caja de Ahorros

Sobrepasado el anterior, atravesamos los jardines de la Glorieta y llegamos a la plaza de la Porta de la Mar, donde encontramos este monumento, recuerdo de la antigua puerta que fue derribada en 1865. Por ella entraban y salían mercancías con destino al Grao, trayecto que continuaremos en próximas publicaciones.

Jardines de la Glorieta

Porta de la Mar

Fuentes:
Corbín Ferrer, Juan Luis: La calle del Mar: Sus casas y sus hombres. 3ª edición, Valencia 1992.
Fotografías originales del autor, salvo mención

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