El pouet de Sant Vicent


En la época en que nació San Vicente Ferrer, esta casa se hallaba en el arrabal del "camí del Mar", terrenos amplios que desde los límites con el de Xerea formaban la avanzada de la ciudad en sus constantes crecimientos, con proximidad al Río Turia y terminal del tráfico marinero. Hacia el este no existían edificaciones (estará por lo menos desde 1777 el palacio de los condes de Castrillo y de Orgaz y en la actualidad está el edificio de la Caja de Ahorros de Valencia, inaugurado en 1932) y por lo tanto era terreno despejado y colindante con la vecina rambla de Predicadores (los Predicadores son los Frailes Dominicos y el solar y algunos edificios de su Convento abierto en 1239, son la actual Capitanía General). Por dicha rambla discurría una acequia, cuyo abundante caudal utilizaban los harineros para mover las muelas de sus molinos; para poder pasar al Convento se construyó un puente que la cruzaba. Estaba incluida en la última manzana del "camí del Mar" -después llamado "carrer major del Mar"-, formada por dicha vía, la calle del Fossar de Benimaclet, actualmente "carrer del Pouet de Sant Vicent", y el callejón posteriormente rotulado de la Garrofa, perteneciendo a la jurisdicción de la Parroquia de san Esteban Mártir. El cercano Convento de Santo Domingo se veía desde esta morada de la familia que integraban Guillem Ferrer y Constança Miquel con sus ocho hijos, entre los que gozan de celebridad el dominico Vicente y Bonifacio, monje cartujo en la valenciana Porta-Coeli y Vall de Christ.

De aquella casa sólo ha quedado el solar que ocupaba. Posiblemente no era de grandes dimensiones pues si bien el padre era un acreditado notario, no era un poderoso señor ni un acaudalado comerciante. La puerta principal se abriría a la calle del Mar y sobre ella habría un ventanal que daría luz al piso alto. Su padre tendría su despacho en la planta baja y por ser oficina pública se denominaría "operatorio".

Aquella casa, como todas las de su época, tenía el citado pozo. Según una tradición, siendo todavía niño realizó en él el milagro "de la sabateta": siendo niño hizo subir las aguas del "pouet" para devolver a un amigo suyo el zapato que en él se le había caído. Y según otra, antes de partir definitivamente de Valencia el año 1413, pronunció estas palabras: "Os dejo este pozo, que jamás se agotará y cuyas aguas os serán de gran consuelo"; y efectivamente no faltó el agua en dicho pozo, aunque la sequía hiciese desaparecer el agua de las demás fuentes de la ciudad.

Respecto a sus propietarios una vez que la familia del santo había abandonado ya toda relación con ella, a fines del XIV tuvo el dominio mayor y directo el Hospital de Menaguera (también conocido como hospital de Sant Miquel o d´En Conill, construido en 1397 y cerrado en 1512 con el advenimiento de la centralización de las actividades del Hospital General), el cual se la vendió a los Frailes Dominicos, los cuales el 13 de marzo de 1498 la vendieron al Gremio de Boneteros ("boneters i barreters"); gremio que en aquel entonces tenía como Patrón y Abogado a san Vicente Ferrer y su Oratorio provisional estaba en el vecino Convento de Predicadores.

Este Gremio debía construir en la Casa, como lo hizo, un Oratorio con retablo, en el cual había una imagen del santo que desaparecería en 1936. En 1573 este gremio pagó una gran suma al Consejo de la Ciudad para evitar su expropiación y derribo para ensanchar la calle del Mar; por ese motivo la calle hace una curva y no acaba en línea recta. A mediados del siglo XVI comenzó la decadencia del Gremio hasta el extremo de que, con autorización del Padre Provincial de los Dominicos, solicitaron al Municipio que les comprase el edificio (Casa y Oratorio). El Consejo de la Ciudad adquirió dicha propiedad en septiembre de 1573.

Fachada a la calle del Mar

Fachada a la calle Pouet de Sant Vicent

Panel de Jaume de Scals en la fachada lateral

Los cambios arquitectónicos más importantes en la Casa Natalicia se registran en 1676-77, los cuales solamente dejaron de la primitiva construcción la bóveda del Oratorio. En 1734 se realizó el frontispicio (talla del santo, estuco y dorados) de la fachada que permaneció hasta 1936 y en 1755 se introdujeron notables mejoras tales como agrandar la puerta del patio y decorar vistosamente la fachada. Pero tampoco se conserva en la actualidad. En noviembre de 1755 el entonces Capellán de la Casa, Mossén Nicolás Lloria y Miralles recibió el solicitado permiso del Ayuntamiento para colocar los chapados de azulejería manisera del patio. En 1808 se enriqueció con el cuadro del pintor valenciano Vicente López que representa la escena inmediata al nacimiento del santo.

A mediados del XIX sufrió Valencia la segunda epidemia de cólera de aquel siglo. Duró desde agosto hasta noviembre y el número de fallecimientos ascendió a casi dos mil personas. Entonces hubo una extraordinaria afluencia de personas al "Pouet de Sant Vicent", con objeto de beber o llevarse su agua para precaverse con ello de la epidemia. Según consta en los actuales azulejos, "durante la epidemia del cólera morbo, en 1854, suministró este pozo la cantidad de 159.976 cántaros de agua, transportándose por el ferrocarril 45.900". Como muestra de agradecimiento, cuatro años después los valencianos colocaron la actual pila de mármol. 

Pila de mármol. A la derecha la puerta de acceso al Pouet

Zaguán con azulejos

En el pleno del Ayuntamiento de la ciudad celebrado el 11 de enero de 1915 se acordó por unanimidad entregar la Capellanía de la Casa Natalicia a los Dominicos, presentes en la ciudad desde 1891 dada la interrupción debida a la desamortización eclesiástica de 1837. Tomaron posesión de ella el posterior 1 de marzo, haciéndose algunas necesarias reformas. Hasta la actualidad estos religiosos están a cargo de ella.

En 1936 la Casa Natalicia fue primeramente desmantelada y después sirvió como almacén de materiales para la construcción. A partir de 1939 se pensó en su restauración, pero cuando se iniciaron las obras se vio que el estado del edificio era peor de lo que se había pensado porque especialmente los muros de tierra y mortero de cal presentaban muy escasa solidez. Se tuvo que derribar lo que amenazaba ruina, que era la mayor parte, y se proyectó la reconstrucción en un terreno algo más amplio del hasta entonces existente gracias a la adquisición de dos casas contiguas. El proyecto del Arquitecto municipal Vicente Valls Gadea quedó aprobado en el pleno del Ayuntamiento celebrado el 13 de noviembre de 1945. El nuevo edificio, hasta hoy existente, fue habitado y abierto al público en enero del año 1950, en que se celebró el VI Centenario del nacimiento del santo.

Esta Casa Natalicia sufrió, como el resto de la ciudad, la riada del 14 de octubre de 1957, alcanzando en ella una altura de casi tres metros, y tuvo efectos devastadores. Gracias a múltiples ayudas pudo ir recuperándose: a principios de febrero del año siguiente, en Madrid se realizó una gran Exposición de Arte en favor de los damnificados y un grupo de valencianos residentes en aquella ciudad organizaron una suscripción popular por la que se adquirió para donarlo a los Dominicos un hermoso cuadro de grandes dimensiones que había pintado el artista Fernando Álvarez de Sotomayor en acción de gracias al santo valenciano por un favor recibido. Dicho cuadro lo representa predicando rodeado de un nutrido grupo de oyentes y fue entregado el 3 de diciembre de aquel mismo año, destinándosele a la Casa Natalicia, en la cual se encuentra en la actualidad.

Construido en 1950, el edificio actual forma ángulo entre las actuales calles del Mar y a la del Pouet de Sant Vicent. La fachada de la calle del Mar tiene a su izquierda una puerta de arco de medio punto, con hojas de madera. En lo alto se abre una ventanal dividido por dos delgadas columnas. En su parte derecha se abren dos ventanas con rejas de barras de hierro cruzadas diagonalmente que corresponden a la planta baja, y otras dos ventanas pertenecientes a la segunda planta. En la esquina de las dos calles mencionadas, se alza una torre de sillería, con tres ventanas correspondientes a los diversos pisos y con troneras en su parte superior. La fachada de la calle del Pouet es muy parecida, aunque un poco más reducida.

El pouet

La puerta de la calle del Pouet de Sant Vicent da a un zaguán, que antes de 1950 era un patio abierto y ahora es un espacio cubierto. Las paredes tienen una bella decoración de azulejos historiados valencianos de estilo rococó que, entre decorativas piezas vegetales, muestran diversas escenas vicentinas. Si bien fueron colocados a partir de 1755, posteriormente -como indica una inscripción que hay en el mismo lugar- se han "Restaurat a expenses de Dn. Salvador Montón Cubells. Any 1918". Pero no sólo fueron restaurados los dos paneles cerámicos con escenas de su infancia, sino también el del milagro del "mocadoret". Los que presentan el de las naves del puerto de Barcelona y su Bautismo, son obra del ceramista contemporáneo José Gimeno Martínez, de Manises, y fueron inaugurados el 30 de enero de 1955, con motivo del V Centenario de la canonización del santo.

En la pared del fondo hay una ancha pila de piedra con cuatro grifos, de donde salía el agua del “Pouet”. Este pozo dejó de manar hacia 1975, al ser cortada la vena de agua que lo surtía cuando se construyó un edificio en la actual Plaza de Tetuán. A partir de entonces el agua procede del suministro general de la ciudad, bendecida con la bendición de san Vicente.

A la derecha de la pila se ve en la parte superior una hornacina, debajo de la cual unos azulejos reproducen una antigua inscripción relativa a la epidemia de cólera que padeció la ciudad en 1854. Más abajo hay una puerta con armazón de madera con entrelazos de hierro forjado, que da acceso al semisótano donde se halla el "Pouet" (pocito), aunque actualmente no es visitable. Ocupa el rincón inmediato a la entrada. El brocal es de piedra con hierros de forja, todo ello de los años en que se construyó la actual Iglesia. La estancia, más bien baja, tiene la techumbre sostenida por varios pilares de piedra, de los cuales es antiguo el que se halla exento en el centro. El suelo está formado por pequeñas baldosas rectangulares, que muestran en azul el escudo gótico de la Ciudad, combinadas con "alfardons" en el color natural de los ladrillos. Esta pieza se halla comunicada con otra, que recibe luz por una ventana que da a la calle del Pouet. Tiene una rudimentaria bóveda de medio cañón, está pavimentada con azulejos que imitan a los del siglo XVIII, en combinación con grandes ladrillos rojos y ostenta un bello zócalo de azulejería de estilo dieciochesco, con combinación de los llamados "mocadorets" y motivos florales.

Retablo con el cuadro de Vicente López

Bóveda de la Capilla del Nacimiento

A la izquierda de la pila una puerta da paso a un breve atrio, de cierto carácter gótico, a cuya derecha se abre una pequeña capilla situada en el lugar donde según la tradición nació el santo. Cuatro escalones conducen hasta ella, ya que está en un nivel más elevado. Una verja de hierro delimita la cámara, cubierta por bóveda de crucería y tiene un retablo de madera, de Francisco Hurtado Soto, inaugurado en 1955. Este retablo enmarca un hermoso cuadro del reconocido pintor valenciano Vicente López (1772-1850), pintado en 1808.

Iglesia

Bóveda de la iglesia

Por último se pasa a la Iglesia, de estilo neogótico y planta octogonal regular con una bóveda estrellada de nervaduras. Los arcos, pilares y columnillas son de piedra, el resto de cemento. Su pavimento es de losas de mármol de diversos colores, destacando en el centro sobre una losa de mármol blanco, el escudo de los dominicos.

El retablo del altar, en madera tallada y patinada, es de estilo gótico y obra del escultor valenciano contemporáneo Vicente Rodilla Zanón, así como también la imagen de san Vicente en actitud de predicar que lo preside, talla en madera, realizada en estilo neobarroco

En la fachada de la calle del Mar y sobre el muro medianero con la casona del Barón de Vallvert, en la parte que este sobresale de la línea de la Casa Natalicia, hay un retablo setecentista de doce azulejos, que es la representación tradicional del santo: vestido con el hábito de dominico, en actitud de predicar y con su característica frase "Timete Deum et date illi honorem…" (“Temed a Dios y dadle gloria…”, Apocalipsis 14,7).

Panel cerámico en el exterior

En junio de 2021 se ha abierto al público tras la intervención integral del edificio. Las obras han contado con un presupuesto total de 410.488 euros. La reforma ha durado un año y ha permitido reparar el tejado y las humedades y recuperar unos azulejos del siglo XV y la bóveda original de la capilla, entre otros hallazgos.

Las obras han sido desarrolladas por el Ayuntamiento de Valencia y comenzaron en junio de 2020 tras la petición de la comunidad de dominicos considerando el sexto centenario de la muerte del santo una buena efemérides para realizar la restauración de su casa natal afectada por múltiples patologías -humedades, termitas y carcoma- acumuladas a lo largo de 70 años, ya que el edificio actual data de 1950.

La reforma de la casa ha permitido descubrir unos azulejos del Gremio de “Boneters”, con imágenes que se asemejan a un birrete, y que fueron encontrados en un respiradero de la cripta donde está el pozo, la única parte de la casa que se conserva que podría ser de la época del santo y que a mediados del siglo XIV se supone que estaba a nivel de calle. En la cripta, donde han sido eliminadas las humedades, llama la atención un gancho oxidado que cuelga del techo, que se ha dejado al descubierto, y que posiblemente fue la antigua polea con la que se sacaba el agua del pozo hace siglos.

La restauración ha permitido reparar el tejado de la calle del Mar, que estaba a punto de derrumbarse porque las vigas ya no apoyaban en los pilares y la madera estaba carcomida. También ha sido reformado el zaguán con valiosa azulejería valenciana del siglo XVIII que da acceso a la Capilla del Nacimiento, en el primer piso, donde se ha restaurado el cuadro del pintor Vicente López que representa el nacimiento de san Vicente Ferrer, así como la bóveda de estilo gótico, muy valiosa por su nervadura dorada, que se ha respetado, elemento arquitectónico que estaba tapado por otra bóveda construida con posterioridad y que ha sido eliminada. Igualmente, ha sido reformada la iglesia octogonal, construida en 1950 y cuya puerta principal se abre a la calle del Mar. En ella se ha mejorado la iluminación y recuperado el color de sus arcos de piedra y de la pintura y se han restaurado sus imágenes.

Fuentes:
Fotografías originales del autor

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