El Camí Vell d'Alboraia
El camino viejo de Alboraia conectaba el centro de la ciudad con la población de Alboraia, teniendo como referencia de acceso, al igual que el Camino Viejo de Benimaclet, el Puente de La Trinidad. Todavía hoy es posible recorrerlo en su mayor parte por su trazado original; un paseo de unos 4 km que nos llevará hasta el centro de Alboraia. Su recorrido nos permitirá descubrir distintos puntos de interés que todavía persisten escondidos en nuestra ciudad.
El camino parte del punto donde se encontraba el Portal de la Trinitat, uno de los “portals xics” que se abrían en la muralla medieval, y que fue derruido junto con la muralla en 1865. Sabemos que en el siglo XVI estaba formado por dos torres cuadradas gemelas, rematadas por almenas y unidas por un cuerpo central más bajo, donde se abría un arco de medio punto. Podemos verlo en el grabado de Anthonie van den Wijngaerde, por encargo del rey Felipe II.
Frente a este se encuentra el Pont de La Trinitat, el más antiguo de la ciudad, construido a principios del siglo XV, aunque se rehízo parcialmente tras la riada de 1517. Las estatuas que adornan los casalicios, una de San Luis Beltrán y la otra de Santo Tomás de Villanueva, son del italiano Ponzanelli -de finales del siglo XVII-, y proceden del puente de San José.
Tanto el portal como el puente reciben ese nombre por el Convento de La Trinitat que encontramos al otro lado del río. Su construcción comenzó en 1445 a instancias de la reina Doña María de Castilla, esposa de Alfonso V el Magnánimo, sobre un convento anterior. Se trata de un conjunto que ocupa casi una manzana completa. Está formado por el claustro (donde se encuentra el sepulcro de Doña María de Castilla), la iglesia y las diferentes dependencias relacionadas con la vida conventual como son el refectorio, la sala capitular, los dormitorios, la cocina, un huerto, entre otras. Es sede de las monjas Clarisas desde el siglo XV y está declarado Bien de Interés Cultural.
Convento de La Trinitat |
Al otro lado de nuestro camino, hoy calle Alboraya, y en la orilla del río, vemos el Colegio de San Pío V, actual sede del Museo de Bellas Artes de Valencia y sede de la Real Academia de San Carlos. Fue fundado por el Arzobispo Juan Tomás de Rocabertí para formación de sacerdotes; proyectado por Juan Pérez Castiel en 1683, su ejecución se demoró hasta bien entrado el siglo XVIII.
Museo de San Pío V |
Entre los Viveros, la calle Alboraya y el Museo de Bellas Artes se encuentra la Volta del Rossinyol. Esta calle es de trazado antiquísimo, de origen medieval y que ya podemos observar con esa misma alineación en el plano del Padre Tosca, del siglo XVIII. Esta senda antigua, que parte desde la misma bajada del puente de la Trinidad, hacía de límite septentrional de los jardines y Palacio Real siguiendo paralela a la acequia de Mestalla en dirección este hasta llegar al camino de Benimaclet, y de allí empalmaba con otros caminos de la Vega de Valencia que desembocaban en el mar, como el de Algirós. Su nombre parece evocar a los campos y jardines que este camino atravesaba y a uno de sus moradores, el ruiseñor. Sin embargo, Orellana creía más bien que su nombre procedía del apellido Rossinyol, por haber vivido en esta calle alguien de dicha familia, como por ejemplo el religioso mercedario Fray Bartolomé Rossinyol.
Volta del Rossinyol |
Muy cerca, todavía frente al convento de la Trinitat, encontramos la Casa Moroder, chalet de enormes dimensiones obra de Salvador Galiana Araquistán, construido en 1893 en este enclave suburbano privilegiado. Su propietario fue José Moroder, un negociante propietario, entre otras, de una granja en Moncada, en cuyos terrenos se estableció más tarde el pueblo de San Isidro de Benagéber. En los años sesenta del s. XX, al ensanchar la calle, se suprimió el jardín delantero. El edificio albergaría en los años 50 del s.XX, el Colegio de las Madres Marianistas, y en la actualidad pertenece a la Cruz Roja, donde tiene el Colegio de Parálisis Cerebral Infantil.
Adosado al convento, en la misma manzana, se encuentra el Colegio Pío XII, cuyo origen data de 1884 cuando el Beato D. Manuel Domingo y Sol lo funda bajo el nombre de Colegio San José con el propósito de la formación sacerdotal. En el curso 1952-53 comienza su actividad como Colegio Mayor Universitario y en el curso 1955-56 imparte Primera Enseñanza, Secundaria y Comercio. En la actualidad imparte también Bachillerato.
Casa Moroder |
Un poco más adelante se encuentra el Convento de San Cristóbal, sobre un terreno comprado en 1897 por las monjas canonesas regulares de San Agustín, conocido como el huerto de Vicente Roca. Sobre el mismo, el arquitecto José María Belda construyó entre 1897 y 1898 el nuevo convento de San Cristóbal; la iglesia, según proyecto de Antonio Ferrer Gómez pudo ser consagrada en 1904. Durante la Guerra Civil donde las monjas fueron expulsadas y el convento y la iglesia convertidos en Hospital de Sangre y almacén.
Pocos cientos de metros más allá, también a la izquierda del camino, nos encontramos con el tercer convento de nuestro trazado, el Convento de los Padres Carmelitas Descalzos. Declarado Bien de Relevancia Local, fue construido sobre un solar cedido por D. Atanasio Lleó y su esposa Dña. Agapita Sancho a la comunidad religiosa. Los terrenos fueron adquiridos en 1883, y el 29 de septiembre de 1885, ya concluida la construcción, se puso el Santísimo en una capilla lateral y se trasladó a este convento el Colegio de Filosofía. La primera piedra de la iglesia se puso el 17 de diciembre de 1887. Las obras de la Iglesia fueron proyectadas y dirigidas por el arquitecto Manuel Giner Vidal y finalizadas, a su muerte, por Joaquín María Belda Ibáñez.
Convento de Carmelitas |
A la altura del número 55 de la calle, nada más cruzar la calle Molinell, se encuentra el Grupo Residencial Alboraya. Se construyó entre 1944 y 1950 en una manzana trapezoidal comprada por el Ayuntamiento en 1929. El proyecto es obra de Javier Goerlich Lleó. El grupo pasa por ser la primera promoción de viviendas protegidas que llevó a cabo el Ayuntamiento de Valencia después de la contienda bélica y fue construido para realojar a los afectados por los derribos de la avenida del Oeste y de la plaza de la Reina.
Grupo Residencial Alboraya. Abajo, las escuelas |
Pasada la avenida de Primado Reig el camino transcurría con muchas curvas entre los barrios de Orriols – Rascanya, San Lorenzo, y Benimaclet, siendo atravesado por la acequia de Rascanya. Paralelo a él transcurría la vía férrea del “Trenet” que hacía el recorrido Pont de Fusta – Rafaelbuñol, la cual lo atravesaba a la altura del apeadero –estación de “San Lorenzo”-. El apeadero estaba ubicado en la actual Av. Alfahuir, a la altura del Mercadona aproximadamente.
Alguna de las alquerías ya desaparecidas que podíamos encontrar en el recorrido eran “Las Casas de Copa”, que se encontraban cerca del cruce entre el Camino viejo de Alboraia y el Camino Casas del Ingeniero. También en ese entorno estaba ubicada la “Fuente de San Lorenzo”.
Al otro lado de la avenida de Alfahuir el camino pasaría junto al actual parque de Orriols. Este nuevo jardín de 32.470 metros cuadrados, inaugurado en septiembre del año 2.000 dispone de zona de juegos infantiles, zona deportiva y una piscina municipal.
Un poco más apartada del camino se puede ver la alquería de La Purísima, que fue salvada de su derribo durante la urbanización del PAI de Orriols llevado a cabo a finales de la década de los noventa del siglo pasado y principios de la década pasada, y fue acondicionada años atrás para Centro de Día Para Personas Mayores.
Parque de Orriols |
Alqueria de La Purísima |
“La alquería Cremà” se encontraba una vez cruzada la acequia de Orriols, que estaba situada justo donde desde 1969 está el Estadio de El Levante U.D. Una vez pasado el entorno de “La Alquería Crema”, el camino se adentraba ya en territorio de la población de Alboraia.
Cruzamos la acequia de Mestalla y recorremos una zona de huerta pasando a espaldas de la nueva estación de Palmaret de Metrovalencia. Recorremos la última parte del camino, aquí llamado carretera de Valencia y después Calle de Tavernes Blanques, hasta desembocar en la plaza de la Constitución, donde podemos visitar la iglesia de la Asunción. Este templo de estilo barroco data del siglo XVIII. Otros puntos de interés de Alboraya son la casa Comte Zanoguera, del siglo XVII y también en la Plaza de la Constitución; y el teatro L’Agrícola, de principios del siglo XX.
Estación de Palmaret |
Iglesia de la Asunción |
Casa Comte Zanoguera |
Una vez finalizado nuestro recorrido podemos refrescarnos con una orxata en cualquiera de las muchas orxaterías de la población, y después tomar el metro para regresar a la ciudad.
Fuentes:
Fotografías originales del autor
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