La capilla-prisión de San Vicente Mártir


No debemos confundir esta capilla con la que se encuentra en la plaza de la Almoina de Valencia, también dedicada al santo. San Vicente Mártir fue un diácono que, según nos cuenta la tradición, fue acusado de predicar la fe cristiana a causa de la tartamudez que padecía Valero (s. III-315), el obispo de Huesca, posteriormente conocido como San Valero. En 303 los emperadores Diocleciano y Maximiano decretaron una persecución hacia los cristianos que se convirtió en muy sangrienta. Con esta directriz, el prefecto Publio Daciano prendió y llevó hasta Valencia a San Valero, llamado «el Confesor» porque confesó su fe cristiana sin padecer martirio, siendo tan sólo condenado al destierro; y a San Vicente, llamado «Mártir» porque sufrió unos crueles martirios, siendo colocado en una cruz en forma de aspa, en un potro de tortura y, además fue azotado, le rompieron los huesos y le abrieron las carnes con garfios, para, finalmente ser desollado y quemado en una parrilla. Cuenta la leyenda que San Vicente Mártir antes de morir, convirtió al cristianismo a su verdugo.

La calle Prisión de San Vicente, engalanada por la festividad del santo

Columna del martirio

En Valencia San Vicente Mártir estuvo en una prisión que hoy se encuentra en una calle muy angosta y relativamente corta cercana a la Plaza de la Reina, llamada Calle de la Prisión de San Vicente, en el número dos de la misma. En la parte derecha de la puerta de entrada se encuentra un panel cerámico con la leyenda:

«Capella-Presó de San Vicent Màrtir Patró de la ciutat de València»
(«Capilla-Prisión de San Vicente Mártir Patrón de la ciudad de Valencia»)

La puerta de acceso a la capilla-prisión es una simple portada adintelada con dos pilastras de ladrillo. Actualmente el interior de esta capilla-prisión es rectangular y de dimensiones bastantes reducidas, 7,30 metros de largo por 4,60 metros de ancho y 3,80 metros de alto, estando dividida la habitación en dos partes desiguales separadas por un arco fajón rebajado.

Interior de la capilla

Cadena con argolla

En el muro testero, a la izquierda, encontramos un altar y en la parte derecha una columna con capitel de estilo románico que es donde la tradición nos asegura que fue atado San Vicente para ser martirizado y, cercana a esta columna hay una lápida con la siguiente inscripción:

«Atado a la columna que se
venera en este lugar, según
la tradición, fue azotado
por orden de Daciano, nuestro
Patrono San Vicente Mártir.
Excelentísimo Ayuntamiento de Valencia MCMLIII»

El día de San Vicente es habitual que esté expuesta al público la «cadena con argolla» que la tradición nos dice que fue con la que fue sujetado el santo a la columna mientras estuvo en la prisión. El resto de los días esta «cadena con argolla» es custodiada por la Comunidad de Religiosas de San José y Santa Tecla, pues su convento, hasta 1868 que fue demolido, se encontraba en este lugar. No obstante el historiador José Sanchis Sivera opina que no hay ningún fundamento histórico que asegure que San Vicente fue atado y azotado en esa columna.

Junto a la portada de entrada, en el interior, hay unos azulejos con la siguiente inscripción:

«En el año 1810, en el día 17 del mes de julio, acabado de celebrar misa, se cayó la bóveda de esta ermita y se renovó en dicho año por cuenta de la muy ilustre ciudad».

En 1685 el local fue alquilado, y esto condujo a que la columna se pudiera venerar de manera pública. En 1686 el edificio completo, conocido en ese momento como la «Casa del Pilar de San Vicent Martyr», pertenecía a doña Ana de Boïl y de Mercader, pero el Consell de la ciudad de Valencia, estimó que no era una manera procedente de venerar tan alta y singular reliquia y, decidió adquirir el edificio. Así, una vez adquirido el inmueble, encargó al «obrer de vila» («Maestro de obras») Antonio Izquierdo, la realización de una capilla en consonancia con la reliquia que debía custodiar, de esta manera, en 1744 el lugar con su reliquia se convirtió en oratorio o capilla, marcando las pautas y directrices aproximadas de cómo podemos verlo en la actualidad.

Altar

Pouet

En el centro del primer cuerpo de la capilla-prisión hay un pozo con un brocal octogonal y un diámetro circular interior de 40 centímetros, el cual fue descubierto por casualidad el 22 de enero de 1777, desde entonces, aunque se desconoce fehacientemente la fecha de nacimiento o muerte de San Vicente Mártir, se ha tomado el 22 de enero como fecha de celebración de la festividad de San Vicente Mártir, y desde entonces nació espontáneamente la tradición de beber agua de ese pozo ese día.

El paso del tiempo hizo necesaria en 1851 una restauración, así el edificio y la capilla-prisión fueron reconstruidos en 1851 por el arquitecto Timoteo Calvo, el cual le dio definitivamente el aspecto que ha llegado hasta nuestros días, siendo bendecido de nuevo el lugar en 1852. El interior con su decoración paleocristiana la realizó el arquitecto municipal Emilio Rieta López en 1992, por lo que son pocos, o ninguno, los elementos que quedan de la obra original. En la actualidad es la Cofradía de la Cárcel de San Vicente Mártir en Valencia quien vela por el cuidado y mantenimiento de este emblemático enclave vicentino.

Otros lugares relacionados con San Vicente Mártir en la ciudad de Valencia son la capilla de San Vicente en la plaza de la Almoina, donde también estuvo preso; la parroquia de Santa Mónica, que alberga otra columna en la que fueron atados San Valero y San Vicente cuando llegaron presos desde Zaragoza; la parroquia de San Vicent de la Roqueta, en cuya ubicación se encontraba la ermita del mismo nombre, construida (según la tradición) sobre el muladar donde fueron arrojados sus restos para ser devorado por las alimañas; la catedral de Valencia, donde se encuentra el brazo incorrupto del santo; y la parroquia de Cristo Rey, que alberga la piedra donde se dice que fue atado su cuerpo y arrojado al mar.

Fuentes:
Fotografías originales del autor

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