La Capilla de San Valero


En la plaza de la Almoina nº 4 de Valencia, frente al pasaje flanqueado por la Basílica de los Desamparados y la Catedral, se encuentra la modernista Casa del Punt de Gantxo, en cuyos bajos hallamos la capilla de San Valero. En este lugar la tradición indica que estaba situada la cárcel donde estuvo prisionero el obispo Valero (s. III – 315) llamado «el Confesor», hasta que fue desterrado de Valencia sin haber recibido martirio. En ese mismo proceso que llevó al destierro al obispo Valero, también estuvo implicado el diácono Vicente, discípulo del mismo, que fue martirizado, desollado y quemado en una parrilla, siendo conocido posteriormente como San Vicente Mártir (s. III – 304).

Busto de San Valero, de Rafael Orellano

Altar y retablo

En este lugar pudo encontrarse más tarde una capilla de la primitiva catedral visigótica, igual que lo era la capilla de San Vicente Mártir, contigua a ésta. Siglos después, en 1719, el canónigo Jaime Servera (¿?-1772) encargó construir en ese mismo lugar una capilla que se denominaría Capilla de San Valero y San Vicente Mártir, aunque en la actualidad se conoce tan sólo por el nombre de Capilla de San Valero, la cual tiene una gran puerta adintelada de estilo barroco flanqueada por unas pilastras de estilo toscano. Sobre el dintel de la puerta hay un óculo de generosas proporciones y sobre el mismo se abre una amplia hornacina donde se halla un busto de grandes dimensiones de San Valero, realizado a finales del siglo XX por el escultor valenciano Rafael Orellano (1925). Rematando la hornacina hay un frontón triangular. Sobre el dintel de la puerta encontramos una inscripción que indica: «Año 1719».

Sillares con inscripciones

Decoración del techo de la capilla

En el interior de la capilla, no demasiado grande, hay un altar y sobre él, en la pared, un retablo bastante sencillo en su realización con una sola imagen en el centro, que está dedicado a San Valero, aunque en mi visita de enero de 2024 esta imagen no se encontraba en su lugar. Ambas piezas provienen del desaparecido convento dominico de Santa Catalina de Siena, situado donde hoy está el Edificio 1 de El Corte Inglés, de las calles Pintor Sorolla-Colón. Estos elementos se instalaron en la capilla en 1970, cuando las monjas dominicas se trasladaron al nuevo monasterio de Santa Catalina de Siena construido en Paterna.

En el interior, sobre una gran piedra hay dos sillares arqueológicos con una inscripción cada uno. Estas inscripciones son las siguientes:

«Hic fvit Valerivs in vincvlis circa annvm domini CCCVI»
Que podría traducirse como:
«En esta cárcel estuvo Valero hacia el año del Señor CCCVI»

«Qvasi thvs in igne vicentivs odore svae sanctitatis effvdit»
Que podría traducirse como:
«Como el olor del incienso en el fuego, Vicente huele a Santidad»

Con el paso de los años el entorno de la capilla fue albergando más construcciones y en 1906 se permitió construir un edificio sobre ella, la llamada casa del Punt de Gantxo debido a la ornamentación de su fachada. El proyecto nació de la mano del arquitecto valenciano Manuel Peris Ferrando (1872-1934), siendo este un edificio de viviendas que consta de planta baja y cuatro alturas, habiendo dejado la capilla de San Valero en el centro de la fachada en la planta baja. La capilla se encuentra cerrada y únicamente es visitable el día 22 de enero de cada año, en la festividad de San Vicente Mártir.

Oración con motivo de la construcción de la capilla en 1720


Fuentes:
Fotografías originales del autor

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