La iglesia del Convento de Santo Domingo


El convento de Santo Domingo o de Predicadores fue fundado en 1239, unos meses después de la conquista cristiana, sobre terrenos concedidos por el rey Jaime I en lo que hoy conocemos como la plaza de Tetuán de Valencia, y que entonces se encontraban fuera de la muralla árabe de la ciudad. La primitiva iglesia del convento fue sustituida por otra más amplia en 1250, y ésta hubo de ser derribada a su vez por peligro de ruina al advertirse fisuras en sus cimientos; la tercera iglesia, de grandiosas proporciones, construida conforme al modelo gótico occitano de planta de nave única y capillas laterales, fue comenzada a construir en 1382. La iglesia constaba de ocho tramos, capillas entre los contrafuertes, cabecera poligonal, y unida al lado norte del claustro. 

En 1808 estalla la guerra de la independencia; con la ocupación francesa el monasterio se vio saqueado y convertido en cuartel. Se instaló el parque de artillería en el convento y almacenes de víveres en la nave de la iglesia. Las bombas derribaron parte de la iglesia y la torre fue desmochada. Tras la expulsión de los ejércitos napoleónicos se consiguió la vuelta al convento de los padres dominicos en 1814. El convento estaba en estado de ruina, pero la comunidad emprendió la reparación de la iglesia, la sacristía y el refectorio. Sin embargo, en 1835 tuvo lugar la Ley de Exclaustración de Órdenes Religiosas, por la que casi un centenar de frailes tuvieron que abandonar el convento y los libros y manuscritos pasaron a la Biblioteca Universitaria de Valencia. En 1865 se derriba la iglesia mayor y de tan espacioso templo sólo resta la capilla de San Vicente, bellamente neoclásica, prolongada y renovada en el siglo XVIII, y la Capilla de los Reyes. La repristinación en la capilla de San Vicente del tramo de los pies ha puesto al descubierto recientemente la estructura gótica -nervios y arcos fajones helicoidales- de una mínima parte de la nave del templo conventual.

Claustro renacentista de acceso

Estatua de San Juan de Ribera

La Capilla de San Vicente Ferrer se construye en 1460 a los pies del templo por su lado de la epístola. Frente a ella también se construiría a finales del siglo XV otra capilla bajo el patronazgo de Nuestra Señora del Rosario. Este conjunto eclesial debía ser enorme y deja constancia de la importancia que llegó a adquirir el convento. La iglesia conventual fue demolida en 1865, y de ella sólo quedó a salvo el último tramo de los pies que unía las dos capillas transversales, una de ellas la Capilla de San Vicente. Esta capilla es la que ahora podemos ver y visitar. La Capilla de San Vicente se levantó sobre el lugar que ocupaba el antiguo refectorio y las capillas occidentales del claustro mayor, que tuvieron que trasladarse a otro lugar. Concretamente el nuevo refectorio se construiría en la panda sur del claustro sobre 1560.

Puerta de acceso a la iglesia

Puerta de la Capilla de los Reyes

Aunque normalmente la iglesia recibe el nombre de Santo Domingo, en realidad su nombre correcto es el de Capilla de San Vicente, porque a este Santo está dedicada la advocación de la parroquia y porque eso era en realidad; una capilla, resto de lo que fue la gran iglesia conventual.

Nada más atravesar la portada que da a la plaza, entramos en un pequeño claustro renacentista (patio toscano) que a su vez nos da paso al interior de la iglesia. Este pequeño claustro construido por el dominico fray Pedro Gómez entre 1639 y 1640, se compone de ocho columnas de orden toscano sobre las que apean tres arcos de medio punto en los lados norte y sur, y un sólo arco en los otros dos lados. En el centro de este patio claustral encontramos una escultura de San Juan de Ribera, obra en bronce del escultor catalán Ramón Cuello Riera y el brocal de un pozo. En el pedestal sobre el que se alza San Juan de Ribera podemos leer: San Juan de Ribera / Capitán General del Reino de Valencia / 1602-1604.

Altar Mayor

Bóveda de crucería a los pies

En el claustro encontramos dos puertas, la situada al frente es la que da paso a la iglesia, y la situada a nuestra derecha da paso a la Capilla de los Reyes. Ambas puertas son góticas del siglo XV, aunque la que permite el acceso a la Capilla de los Reyes carece de ojiva. La portada de la iglesia es gótica de finales del siglo XV atribuida a Pere Compte. Es una sencilla puerta formada por un arco apuntado acabado en una cruz floreada y una puerta adintelada. En su tímpano encontramos una imagen de la Virgen del Rosario y a ambos lados sendas imágenes de Santo Domingo y Santa Catalina de Siena, éstas del siglo XVII. El arco se apoya en dos ménsulas con la representación de dos ángeles, uno de ellos sostiene una filacteria en las manos mientras que el segundo toca un instrumento musical. En la portada podemos observar el rastro de lo que fueron dos pináculos góticos ya desaparecidos.

La actual capilla de San Vicente, es de estilo neoclásico, tiene una sola nave de seis tramos con crucero, cúpula con tambor sobre pechinas y linterna. Las bóvedas son de medio punto con lunetos pintados al fresco y el cimborrio es cilíndrico. Tiene presbiterio de planta oval y se decora con columnas corintias, pilastras y zócalos de mármol.

A los pies de la iglesia se encuentra el órgano de la iglesia. Este tramo corresponde a la unión entre la desaparecida iglesia monacal y la capilla de San Vicente, actual iglesia y se cubre con bóveda de crucería decorada al estilo rococó. En el Altar Mayor encontramos un retablo de inspiración barroca con tres medallones en bajorrelieve de alabastro alusivos a las virtudes cardinales (Prudencia, Justicia, Templanza y Fortaleza). Flanquean el retablo dos esculturas de bulto redondo de Jose Puchol. En la hornacina del retablo se alza una talla policromada y dorada de San Vicente Ferrer Toda la obra escultórica que podemos encontrar en el Retablo Mayor es obra de José Puchol realizada en mármol. El cielo del presbiterio se cubre con una bóveda de cuarto de esfera y se halla pintada por pinturas al fresco de José Vergara Gimeno.

Bóveda con frescos de Vergara

Lienzo de Vicente Salvador Gómez

El crucero que precede al presbiterio se cubre con cúpula semicircular con tambor y linterna. Bajo ella dos cuadros de Vicente Salvador Gómez (1637-1680), El Milagro del anuncio de las naves cargadas de trigo a Barcelona del año 1665 (lado de la epístola) y El compromiso de Caspe (lado del evangelio) de 1664.

Las pinturas al fresco de la cúpula y de las pechinas en que se apoya son obra de José Vergara Gimeno. En cada una de las pechinas figuran talladas dos esculturas de estuco obras de Francisco Alberola y sobre ellas en un óvalo un fresco alusivo a la vida de San Vicente. Las esculturas de estuco representan a las doce tribus de Israel.

En los muros laterales del primer tramo del templo encontramos dos grandes lienzos de José Vergara Gimeno, representando La Imposición del habito a San Vicente Ferrer (lado del evangelio) y El venerable Juan Micó orando ante el altar de la celda de San Vicente (lado de la epístola). Este primer tramo se cubre con bóveda de cañón. En el techo encontramos una pintura al fresco realizada por José Vergara Gimeno en 1779 con el Milagro de la resurrección de una difunta en la Huerta del Convento de San Esteban en Salamanca por intervención de San Vicente Ferrer.

En los lunetos de la bóveda podemos ver dos medallones con dos santos dominicos, uno de ellos San Luis Bertrán obra al fresco de José Vergara y el segundo medallón representa a Santo Domingo de Guzmán con el libro de la orden. Esta última obra es un lienzo pasado al muro, obra moderna de autor anónimo y que vendría a sustituir al fresco que por algún motivo se ha perdido. El fresco perdido representaba al también monje dominico fray Domingo Anadón.

La capilla se reabrió al culto de la feligresía en 1843 después de la desamortización de Mendizábal, y en 1878 pasó a ser parroquia castrense que hasta entonces prestaba la iglesia de San Juan del Hospital.

Verja de acceso a la Capilla de los Reyes

Campanario

A la Capilla Real se entra por una puerta formada por un doble arco moldurado desde el patio claustral que hay a la entrada de la iglesia. La capilla, obra del segundo tercio del siglo XV, es una de las joyas del tardogótico valenciano. Fue mandada construir por el rey Alfonso V el Magnánimo, siendo colocada la primera piedra el 18 de junio de 1439 y terminada por su sucesor y hermano Juan II el 24 de junio de 1463. Su autor fue Francesc Baldomar, autor también de las Torres de Quart. Con Baldomar trabajarían como picapedreros Pere Compte y Miquel Navarro. Desde el interior de la capilla de San Vicente se puede acceder a la Capilla Real a través de una portada ojival de tres arcos que se eleva sobre dos escalones y que se cierra mediante una verja de hierro forjado, obra de Aloy Ponç y François Giner. Es una estancia rectangular de 11 x 22 metros construida sobre el lugar que ocupara la antigua iglesia del siglo XIII. La capilla carece de contrafuertes y pilastras ya que los muros de la estancia son de 2,50 metros de espesor y el peso de la bóveda carente de nervios recae directamente sobre los mismos muros. La bóveda de piedra aristada tiene tres tramos. En su interior hay un sepulcro de mármol de Carrara que alberga los restos de los marqueses de Zenete.

El campanario fue construido en 1640 sobre parte de la bóveda de la sacristía de la capilla de los Reyes; es de planta cuadrada y consta de un cuerpo inferior más ancho terminado en balaustrada, cuerpo de las campanas con dobles columnas pareadas de orden toscano a cada lado de los ventanales, y terraza con balaustrada decorada con dieciséis pináculos sobre la que se alza un edículo con frontones sobre sus cuatro vanos y cupulín; este templete fue construido en 1755 y, tras su derribo, en 1810, fue rehecho en 1955 con motivo del V Centenario de la canonización de San Vicente Ferrer bajo la dirección del arquitecto A. Ferrant.

Fuentes
Fotografías originales del autor

Comentarios

Entradas populares de este blog

La desaparecida Academia Castellano, Valencia

La antigua Cárcel de Mujeres, Valencia

Homenaje a Blanquita