La estación del Grao


Es la estación de ferrocarril más antigua que sigue en pie en todo el estado español y fue la tercera en entrar en servicio en España, como parte de la línea Valencia – Grao. Un edificio BIC, de estilo neoclásico y más interés histórico que artístico, construido en 1852 con proyecto de los ingenieros James Beatty y Domingo Cardenal, y en servicio hasta 2005 aunque ya como estación de mercancías. Sirvió como referencia en otras estaciones de la línea. Fue el punto de partida del Ferrocarril que en 1854 llegó a Xátiva y posteriormente prolongaron, hasta Almansa por el sur y hasta Tarragona por el norte, para conformar la Compañía de los Ferrocarriles de Almansa a València y Tarragona (A.V.T.), popularmente conocida como el Ferrocarril de Campo. La AVT se unió en 1891 a la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España, Norte a nivel calle, y ésta pasó en 1941 a formar parte de Renfe (Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles). Además de canalizar el transporte de mercancías hacia y desde los muelles del puerto y el que aportaban las bodegas e industrias graueras, hasta 1916 tuvo un importante movimiento de viajeros, 109.624 ese año, principalmente durante la temporada de baños para facilitar la afluencia de los capitalinos a la playa de Caro. Después pocos servicios de viajeros y escasísima utilización hasta la supresión de éstos en 1925, motivados por el mayor recorrido de la variante ferroviaria cuando inauguraron en 1917 la actual estación Valencia Nord, la ocupación de la playa de Caro para la prolongación sur del puerto y la construcción de astilleros, así como la mejora de los servicios urbanos de transporte con la total electrificación de las líneas de tranvías. Las conexiones con el puerto fueron suprimidas cuando el 2 de mayo de 2006 entró en servicio el enlace entre la estación Fuente de San Luis y la expansión sur portuaria. Poco tiempo después la carga y descarga de mercancías en el Grao, promovidas por las industrias de la zona, fueron transferidas a las nuevas instalaciones de la citada Fuente de San Luis. Con ello finalizaron 154 años atendiendo el movimiento de mercancías.

Los últimos servicios de viajeros, y de tipo especial, fueron el 21 de mayo de 1952 y el 23 de marzo de 2002. El primero con la llegada al Grao del Tren del Centenario (imitación al que inauguró en 1848 el primer ferrocarril peninsular entre Barcelona y Mataró) y un Taf, el tren más moderno que había incorporado Renfe a la red ferroviaria española, para recordar el Centenario de la inauguración oficial, el 21 de marzo de 1852, del tramo Grao-València. El segundo, menos solemne pero más íntimo, lo promovió la Asociación Valenciana de Amigos del Ferrocarril para rememorar el 150 Aniversario de la apertura al servicio público del citado tramo el 22 de marzo de 1852. Fue con un automotor diesel tipo 596, popularmente un Tagamochi.

Fachada

Acceso principal

Se construyó, pues, como estación destino para la llegada del ferrocarril perteneciente a la concesión Valencia-Grao del Marqués de Campo, siendo la primera línea que entró en servicio en nuestras tierras. El Marqués de Campo se interesaría mucho por esta línea Almansa-Valencia-Tarragona que además enlazaba con Madrid y esta ciudad con el puerto de Valencia. La función de esta estación es básicamente la del tránsito de mercancías. Esta función como es habitual en la época, marcará la tipología y estructura del edificio. La estación del Grao es una pequeña edificación de una única planta de base rectangular con aproximadamente 400 m2 de superficie y cubierta inclinada a dos aguas, con un diseño sencillo y funcional. Se construyó para contener los servicios mínimos necesarios para una estación de ferrocarril, con una planta dividida en tres partes, la central para espacio de atención al público y los laterales para espacio para la administración de la estación. El diseño de la estación se puede considerar de estilo académico, austero y sin grandes pretensiones estéticas.

El material es el ladrillo, aunque este se encuentra tapado en la actualidad en todo el edificio. Se utiliza la piedra artificial para las partes monumentales, y se consideran así sólo la parte que está encarada directamente con el puerto y la llamada parte de Valencia, es decir, que se decora y monumentaliza sólo lo estrictamente necesario. La decoración se reduce a la moldura de pilastras y partes y a un enérgico arquitrabe. Hay columnas de hierro para sostener la armadura de madera y el tejado. La parte de la fachada se compone de cinco puertas, más grandes las laterales y central, y seis ventanales. En la fachada lateral hay cuatro ventanas. En la construcción de esta estación se procura conservar la posibilidad de alargarse cuanto se quiera por el lado de Valencia, y la más interesante aún de hacer llegar hasta el mar a derecha e izquierda de los edificios contiguos a los andenes cuantas vías de servicio se crean necesarias. Puesto que la estación propiamente dicha no podía ni debía aproximarse más al mar, desaparecían los principales inconvenientes que se supone tienen las Estaciones de frente (término), quedando sólo sus grandes ventajas. El conjunto se completaba con unas construcciones anexas, dos almacenes- muelles ferroviarios que se encontraban paralelos a las vías del tren, los cuales ayudaban para la carga y descarga de mercancías.

Fachada lateral

Hoy conserva algunas oficinas y su abandono es especialmente interior y en la parte norte. Conserva también parte de la marquesina en la parte de las vías y la cubierta se ha sustituido por la uralita. El interior no conserva sus características originales, ni tampoco su fachada sur, desaparecida en un bombardeo en la Guerra Civil. Actualmente tiene las puertas y ventanas tapiadas para evitar robos, y a la espera de su utilización para actividades culturales. Sus almacenes anexos fueron derribados en el año 2006 por la planificación de la Fórmula 1, dejando del conjunto original únicamente la estación.

El espacio que ocupaban los muelles para carga y descarga de mercancías y las vías para el estacionamiento de vagones y las maniobras de los trenes en la estación Grao de Valencia fueron convertidas en una gran explanada pavimentada que fue utilizada como estacionamiento durante la Copa de América y posteriormente para montar la feria de Navidad, el concurso internacional de paellas del puerto, alguna fiesta tipo botellón y prácticas de conducción de vehículos. Según la planificación urbanística municipal el edificio quedará en el centro de una rotonda a la que confluirá, principalmente, la continuación de la avenida Francia cuando lo permita la realización de la prolongación, muchas veces postergada, de un kilómetro en sentido sur, del túnel de 2.520 metros que fue inaugurado en 1991 para evitar numerosos pasos a nivel en zonas urbanas con gran intensidad de tráfico.

En el año 2013, ADIF finalizó las obras de rehabilitación y mejora en la fachada Estación del Grao de Valencia tras diversas denuncias de la Asociación Círculo por la Defensa del Patrimonio y la intervención del Síndic de Greuges de la Comunitat Valenciana. Las obras ejecutadas se fijaron únicamente en la restauración y recuperación de los elementos ornamentales de la fechada, y en volver a pintar la fachada con el color que actualmente se puede ver.

En 2020 ADIF propuso al Ayuntamiento de València la cesión gratuita y adelantada de la estación, para que avance en su recuperación. La estación se integra en el ámbito del futuro PAI del Grao, aprobado hace ya una década y aún sin ejecutar, en ninguna de sus variadas versiones y diseños. No obstante el Ayuntamiento rechaza asumir esta cesión.

Fuentes
Fotografías originales del autor

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