La iglesia de San Lorenzo de Valencia


La Iglesia de San Lorenzo de Valencia forma parte de las doce primeras parroquias fundadas después de la reconquista de Valencia de Jaume I. Ubicada en la actual Plaza de San Lorenzo, su construcción pudo llevarse a cabo a lo largo de los siglos XIII y XIV, probablemente sobre los restos de una antigua mezquita árabe.

En el siglo xv se documenta una intervención parcial en el interior de San Lorenzo, financiada por el caballero Nicolás Català de Valeriola, tal y como recuerda una lápida conmemorativa fechada el 28 de enero de 1489. Se trataba de una capilla lateral bastante profunda a los pies del edificio religioso que perduró hasta 1908-1909, cuando fue casi totalmente derruida para poder levantar el convento franciscano anexo, mientras los conventuales se hallaban domiciliados provisionalmente en la calle de Samaniego. En las postrimerías del siglo XVI y el inicio del siglo XVII se documentan entre sus paramentos las residencias de mujeres emparedadas.

Fachada a la plaza de San Lorenzo

Portada

Panel cerámico

La primitiva fábrica gótica sería renovada entre los años 1681 y 1684. La construcción de una nueva iglesia, basada en las trazas de Gaspar Díez, por parte del maestro de obras Agustín Maiques, supuso la conversión del espacio medieval en otro más escenográfico y acorde a su tiempo, aunque la cimentación y los contrafuertes medievales fueron reaprovechados. El edificio resultante, incluidas las dos portadas obra del arquitecto Pedro Angost y del cantero Bernardo Pons, es el que podemos observar en la actualidad. Del mismo modo que se renovó su fábrica, tenía que ser dotada de obras de arte al unísono con la decoración barroca; así pues, en 1683 se acordó la erección de un nuevo retablo diseñado por Tomás Vergara y ejecutado por el escultor Leonardo Julio Capuz y continuado por su discípulo José Cuevas. Se trata de uno de los escasos conjuntos salomónicos originales que todavía se conservan en la diócesis de Valencia, a pesar de la pérdida de piezas escultóricas desde la pasada Guerra Civil. En él podemos ver una figura barroca del siglo XVII representando a San Lorenzo y sobre los pies del retablo y sobre una mesa, la imagen de la Virgen del Rosario. La actual talla de San Lorenzo procede del Convento de clarisas de Calatayud. Flanquean al santo en el retablo una imagen de San Luis Obispo y otra del Beato Nicolás Factor, ambas obras de José María Ponsoda Bravo realizadas en 1952.El retablo pudo salvarse, según se cuenta, porque el padre de Vicente García Tamarit, fundador de la Casa de los Caramelos, que era carpintero, convenció a los milicianos con el argumento que la madera del retablo era muy buena y que él se encargaría de ir desmontándolo poco a poco, cosa que nunca hizo.

La torre-campanario barroca es de planta hexagonal, levantada el año 1746, fue realizada por José Mínguez, quién trabajó así mismo en el campanario de la parroquia de San Valero del barrio de Ruzafa. A consecuencia del terremoto del año 1822 quedó un poco desplazado de su eje como se observa actualmente. El anterior campanario se había desplomado a finales del siglo XVII. Se compone de cuatro cuerpos, el cuerpo de campanas aloja dos campanas que llevan por nombres Domingo (1742) y Santa Anna (1718). Remata el campanario un cupulín con una veleta con la imagen de San Lorenzo con la parrilla.

Retablo Mayor

Bóveda

Cristo de la Buena Muerte, de Francisco Teruel (1929)

A principios del siglo XX fue restaurado el exterior del templo; en 1916 Javier Goerlich Lleó realizó una serie de reformas en la fachada lateral. En la actualidad el acceso de la fachada lateral, que da a la plaza, es el principal, aunque también presenta portada en la calle de los Franciscanos. Además podemos ver en su fachada un panel cerámico realizado con azulejos de Manises que representa una escena de la aparición de Jesús a San Francisco de Asís. A partir de 1902 dejó de ser parroquia pasando a ser propiedad de la orden de los Franciscanos, el convento de los cuales se sitúa en la misma manzana junto a la iglesia. Los franciscanos encontraron el templo en franco abandono, por lo que tuvieron que efectuar obras de consolidación. Las obras de repristinación del templo terminaron hacia 1912, los trabajos consistieron en cubrir toda la iglesia de arriba a abajo de estuco, obra del dorador Francisco March, se pavimentó el suelo con mármol y se construyó un coro en alto. Además se construyó un nuevo convento, de menores dimensiones que el que tuvieron que abandonar en la actual Plaza del Ayuntamiento. Durante la Guerra Civil los monjes fueron expulsados y la iglesia se convirtió en almacén de artículos militares. Terminada la guerra hubo de ser nuevamente reconstruido. En 2007 los franciscanos abandonan el convento para agruparse con otros hermanos en el Convento de Nuestra Señora de los Ángeles en Ruzafa. Finalmente, en 2008 la Fundación La Luz de las Imágenes ha realizado la restauración de la cubierta y la fachada del templo, con una inversión de 342.000 euros.


Capilla de San José

Capilla de la Inmaculada Concepción

Capilla de San Francisco de Asís

La iglesia consta de dos naves, una principal y una segunda lateral abierta con posterioridad en el lado del evangelio. Se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos, cuatro capillas laterales y coro alto a los pies donde además se sitúa el órgano. Tiene una decoración arquitectónica de estilo corintio, pilastras con decoración plateresca y capillas laterales en ambas naves. En la bóveda cuatro óvalos pintados, uno en cada tramo de la bóveda del techo, representan escenas de la vida de San Lorenzo.

Decoración de la bóveda

Lienzo franciscano


Fuentes:
Fotografías originales del autor

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