El palacio del Marqués de Caro


El edificio está situado en la calle Almirante nº 14, en la confluencia con la calle de los Maestres, en un atzucac que permanece así desde época medieval. El edificio, colindante con la fachada trasera del Palacio del Temple, en la actualidad y tras diversas reformas, es neoclásico del siglo XIX, aunque fue construido en estilo gótico en el siglo XIV. Su planimetría irregular, está adaptada al entorno donde se encuentra.

Sólo son visibles la fachada principal y parte de la lateral. La fachada principal, consta en el primer piso, de balcones decorados con frontones curvos y portada adintelada, carente de decoración. Ya en el segundo piso desaparecen los balcones y los correspondientes vanos se transforman en ventanas. Los antepechos de balcones y ventanas son de hierro fundido. El Palacio fue adquirido por el alcalde de Valencia, don Nicolás García Caro Vergés y Agustí, marqués de Caro desde 1882, que lo dejaría en herencia a su hijo Nicolás García Caro y Ferrer de Plegamans, II Marqués de Caro. En la esquina del edificio, se localiza el escudo de armas de la familia.

Calle de los Maestres. Al fondo, la fachada lateral del palacio del Marqués de Caro.

En 2005 uno de los descendientes de los propietarios quiso transformarlo en hotel y, al ponerse manos a la obra, descubrió el valor arqueológico que albergaba. Escaleras modernistas, azulejos del siglo XVIII, artesonados de madera en sus techos, arcos góticos, parte de la muralla árabe de Valencia del siglo XII, incluso mosaicos del siglo I a.C. o partes de columnas del Circo Romano de la ciudad. Una campaña arqueológica privada que duró tres años y fue dirigida por el arqueólogo Bruno Rives Calbet, reveló la verdadera antigüedad del edificio Se pudieron poner en evidencia diferentes fases de ocupación, desde la época romana hasta la actual, con un especial interés en la fase islámica. El Hotel Caro, de 5 estrellas dispone de 26 habitaciones con decoración individualizada, y el restaurante del hotel, el Sucede, está dirigido por el chef Miguel Angel Mayor y cuenta con una estrella Michelin.

En el hall o recibidor, anclada en la pared, encontramos parte de la cornisa del Circo Romano de Valencia que se encontraba a escasos 20 metros del edificio. La pieza fue utilizada como parte del material y cimientos de la muralla árabe. Cuatro candiles islámicos o lucernas árabes se muestran también en el expositor de la entrada del hotel.


Otra pieza romana son las tres enormes piedras que se disponen sobre la barra del Meta Bar, que en su día formaron, hace casi 2.000 años, la meta de lo que fue el Circo Romano. También en el bar, en una pared preside un panel incompleto de azulejos góticos donde se aprecia una familia valenciana del siglo XVIII disfrutando de una tarde en un paraje natural.


El bar con los azulejos góticos, las piedras del circo y el arco gótico

También hay que añadir la pared que separa el hall del hotel del bar, que es una estructura gótica en la que dos arcos se unen para dar acceso al patio del palacio gótico. Y la pieza más singular es un mosaico al pie de la escalera de mármol, que constituye el trozo conservado de suelo más antiguo de Valencia. Data del siglo II a.C. y fue hallado justo en el linde con el vecino Palacio del Temple.

Una de las piezas que se pudieron rescatar se exhibe a modo de ornamento en una de las paredes del salón de baile de la Suite del Marqués, un bello elemento que formó parte de un friso mayor que desde el siglo XIX cubrió el perímetro del hall noble del Palacio, hoy biblioteca de Caro Hotel.

El restaurante Alma de Temple, que se halla en el semisótano, está ubicado en los cimientos de la muralla árabe del siglo XII

Los cimientos de la muralla árabe en el restaurante

Al realizar los trabajos de restauración y rehabilitación, realizados por el arquitecto Francisco Jurado y el interiorista Francesc Rifé, apareció en la habitación número 3 del Hotel, un trozo de lienzo de la muralla musulmana del siglo XII, entre vigas de madera del siglo XVIII. Pero no acaban aquí las sorpresas, en la habitación número 4, hay una aún más interesante. Sobre la cabecera de la bañera asoma parte de un elemento de las puertas árabes, que daban acceso a la ciudad de Valencia. A la entrada de la habitación encontramos una chimenea del siglo XIV, consecuencia del vaciado de la muralla árabe. Decir que las habitaciones 4 y 15 están literalmente dentro de la torre árabe, que marcaba el límite de la ciudad.

La habitación número 25 dispone, dentro de ella, la cara interior de uno de los arcos que daban acceso a la torre árabe, el carril de madera que discurría paralelo a la habitación, era el paso de ronda de la muralla árabe de Balansiya. Entre dos de los arcos, hay una marca de una cruz, el dibujo es una cruz cruzada, donde se intuye la marca de un templario.


El patio de la cafetería, con la pequeña piscina

Fuentes:
Fotografías originales de autor

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