El Pont de Fusta


La pasarela original estaba construida de tablones de madera sobre una estructura de hierro en la misma ubicación que hoy, y por ello tomó el nombre de pont de Fusta (‘puente de madera’). El motivo de su construcción fue comunicar l'Estacioneta del Trenet (Estación de Pont de Fusta o de Santa Mónica), construida el 1892, y que prestaba servicio a las líneas hacia el Cabañal, Rafelbuñol, Bétera y Liria con el centro de la ciudad, a través de la calle del Muro de Santa Ana hasta la plaza de la Virgen. Su parte sur se encuentra a pocos metros de las Torres de Serranos.


El puente resultó destruido a causa de la gran riada de 1957 que asoló Valencia (y que conllevó la desviación del río Turia mediante el Plan Sur). La pasarela fue reconstruida con una forma esbelta y estrecha de color blanco en hormigón y hierro, pero mantuvo el mismo nombre de Pont de Fusta.

Después de varios años donde se reclamaba que los puentes del Serrano y de la Trinitat dejaran de soportar tráfico rodado para que pasasen a ser puentes destinados a peatones debido a su antigüedad y carácter histórico, el Ayuntamiento de Valencia propuso como alternativa la construcción de un Nou Pont de Fusta para el tránsito de vehículos y la pasarela histórica para los peatones.




Con esta decisión se sustituyó la pasarela del Nou Pont de Fusta construido entre los años 2010 y 2012 con dos partes separadas: al este el puente de asfalto con tres carriles para el tránsito rodado de vehículos (abierto al tráfico el 19 de febrero de 2012), y al oeste una pasarela para los peatones decorada con motivos de madera que continuará haciendo la misma función que el pont de Fusta tradicional. La madera utilizada para la pasarela peatonal es de Iroko, clasificada como durable frente a la acción de los hongos y las termitas. El puente fue construido por la empresa Incofusta, tiene 110 metros de largo por 4,5 de ancho y su presupuesto fue de 11 millones de euros.

El sentido de tránsito norte-sur por el nou pont sustituye el del puente de los Serranos del siglo XVI, pudiendo así liberar del tráfico y reconvertir el puente histórico al servicio de los peatones. Por otro lado, el puente de la Trinitat de principios del siglo XV continuará siendo para el tránsito rodado en sentido sur-norte pero pasando de tres a dos carriles, ampliando así los márgenes destinados a los peatones.

Al fondo se observa la antigua estacioneta del Pont de Fusta y la iglesia de Santa Mónica

En el inicio de la pasarela peatonal se encuentran dos esculturas en piedra situadas una frente a otra en la Alamedita de los Serranos. De autor anónimo, se fechan hacia 1838. Originalmente se encontraban en la escalinata situada en el tramo entre los puentes de Serranos y de la Trinidad. Representan a dos esfinges con cuerpo de león y cara de mujer, que llevan una cinta en torno al cuello y flores en el pelo. Las cabezas van tocadas con un velo que les caen sobre los hombros. Se alzan cada una de ellas sobre un alto pedestal, que las situan a la altura aproximada a las personas y sin protección alguna. Ambas esculturas se encuentran en bastante mal estado de conservación.

La pasarela, hacia 1920.
Imagen cortesía de https://valenciablancoynegro.blogspot.com/2016/03/el-pont-de-fusta.html

La pasarela reconstruida después de la riada de 1957.
Imagen cortesía de https://es.wikipedia.org/wiki/Pont_de_fusta#/media/Archivo:Puente_de_Madera_Valencia_Spain.jpg

Fuentes:
Fotografías originales del autor, salvo mención.

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