La persiana gigante de la plaza López Chávarri


La plaza del Músico López Chávarri, en Valencia, es el ejemplo perfecto de la no-plaza. Es el resultado de la demolición de un edificio de viviendas anterior; eso explica sus carencias, como la falta de sombra, mobiliario, vegetación, agua, etc. Es más bien, un boquete en la trama urbana de Ciutat Vella que se ha improvisado como plaza. Sin embargo, entre el 14 de septiembre y el 16 de octubre, el arquitecto Manuel Bouzas -desde la escuela de diseño de la Universidad de Harvard- ha instalado un pabellón que hace las veces de plaza, en el contexto del festival TAC! de arquitectura urbana que este año llega a València, de la mano de la Fundación Arquia y el Ministerio de Agenda Urbana, con la dirección artística de Javier Peña. Con periodicidad anual, el festival promueve la innovación y experimentación en la arquitectura a través de la construcción de un pabellón temporal en diferentes ciudades de la geografía española.


Espacios de encuentro bajo la estructura

La intervención busca que la plaza deje de ser un lugar de paso para convertirse en un lugar de encuentro. El objetivo último es devolver este espacio a la comunidad local, no convertirlo en un reclamo. Por un lado, el proyecto proporciona a la plaza todo aquello de lo que carece, una sombra bajo la que protegerse, un mobiliario para sentarse, y un jardín con vegetación y agua para refrescarse. Por otro, el festival contempla un programa público de actividades, que durante cuatro semanas, invitará a los vecinos, de todas las edades, a descubrir y reinterpretar este tipo de espacios olvidados y escondidos de la ciudad.

La larga persiana descuelga en forma de catenaria de dos estructuras triangulares paralelas que contienen numerosos lugares de encuentro para los vecinos y consiste en una serie de módulos prefabricados, que son ensamblados en el taller, reduciendo así los costes, plazos, riesgos, y ruidos. Una vez finalizado el festival, todos los materiales serán reutilizados: la madera retornará a la industria, las piedras a la cantera, la vegetación al vivero. En el interior de esta persiana gigante se abordarán diferentes temáticas vinculadas a la emergencia climática, con especial atención a Misión Climática València como parte de su estrategia Missions València 2030, uno de los cuatro ámbitos de València Capital Verde Europea.


Espacio ajardinado

Además del pabellón de València, TAC! 2023 ha contado con una segunda sede en Donostia-San Sebastián del 10 de octubre al 16 de noviembre. El equipo de arquitectos formado por Julia Ruiz-Cabello Subiela y Santiago Del Águila son los encargados de dar vida al pabellón con su proyecto ganador Lost Forest que, con su propuesta, pretende trasladar la realidad de los incendios forestales al entorno urbano y atraer la atención del ciudadano sobre esta problemática de manera frontal.

La convocatoria de esta segunda edición del festival, cuya temática central gira en torno al papel de la arquitectura en los desafíos a los que se enfrenta el entorno urbano en tiempos de emergencia climática, ha recibido un total de 125 propuestas presentadas en ambas ciudades de las cuales el jurado ha destacado la gran creatividad de los arquitectos jóvenes a la hora de dar respuestas desde el contexto local al reto climático y a la crisis ecosocial. Ambos ganadores han recibido un premio de 12.000 euros y su proyecto cuenta con un presupuesto base de 90.000 euros para la ejecución de los pabellones.

Su instalación no ha estado exenta de problemas: su inauguración hubo de posponerse una semana debido a la tromba de agua caída esos días en la ciudad de Valencia.

Fuentes:
Fotografías originales del autor

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