La Casa de las Golondrinas


La Casa de las Golondrinas es un edificio situado en la Gran Vía Marqués del Turia número 36 de Valencia. Es un proyecto del arquitecto Vicente Sancho Fuster realizado en 1909 en estilo modernista valenciano para su esposa, Matilde Pons, como su vivienda particular. En realidad se trata de tres edificios construidos en los números 36, 38 y 40 de la citada avenida. Los edificios de los números 36 y 40 son iguales, mientras que el central debía servir como eje de simetría al conjunto. Construyó los dos primeros, pero falleció antes de construir el edificio central. Su viuda encargó entonces la construcción al arquitecto Antonio Ferrer Gómez a partir de los planos originales.

Consta de planta baja, cuatro alturas y ático. En su fachada destaca la cuidada decoración con numerosas golondrinas volando en grupos o en sus nidos, tanto en la fachada como en la parte inferior de los balcones, de ahí el sobrenombre popular del edificio. En esta ornamentación cobra toda la importancia el esmerado trabajo de los artesanos escayolistas en el edificio.

En la primera altura destaca un mirador partido con rica decoración en la parte superior. El edificio está coronado por cuatro columnas, dos a ambos lados y se aprecia en la parte central del ático, una galería acristalada de reciente ejecución, pero que respeta el conjunto original.


Detalles escultóricos de la fachada


En los pisos, Sancho mantuvo las mismas características observadas en la fachada. El arquitecto colocó todas las habitaciones dentro de una cuadrícula formada por líneas paralelas y perpendiculares a la calle. En la columna central colocó la escalera y el patio de ventilación. Esta línea central correspondía al volumen que forma el eje de simetría. En estos tres edificios, Vicente Sancho trazó las líneas generales de fachada y plantas, estudiando con atención la composición de los vanos, su ubicación y tamaño, así como los remates de cornisa. Pero, en el central, diseñado por Vicente Sancho y ejecutado por Antonio Ferrer, hubo ligeras diferencias. Uno de los puntos que llamó la atención fue la ubicación de la puerta de acceso al edificio en un lateral. Si bien está incrustado dentro de la distribución de vanos, su ubicación parece ser decisión del arquitecto que ejecutó la obra para darle un mayor uso a la planta baja. Sin embargo, donde más se notó la falta de supervisión de Vicente Sancho fue en la decoración. Aunque seguían el estilo floral de los otros dos edificios, carecían de la misma sensibilidad que él mostraba en ellos.

Fachada del nº 40

Fachada del nº 38

En 1981 el número 36 fue renovado según un proyecto de BP SR Arquitectura, manteniendo únicamente la fachada y añadiendo dos nuevas plantas por encima de la línea de la cornisa. En 1984 el mismo promotor obtuvo licencia para transformar el número 38 con las mismas características del anterior, y en 1996 se transformó el número 40, de modo que todo el interior se ha perdido.

Son edificios de gran valor arquitectónico por su complejidad compositiva, que se están desvirtuando por la falta de valor que se les atribuye en la actualidad. Los valores se basan en varias características, como el orden, la simetría, el juego de formas y la decoración. Las fachadas de todas ellas se caracterizan por un juego de formas marcadas por la línea de cornisa y el acabado de los materiales de fachada; la parte central marca el eje de simetría de los conjuntos y la ubicación de los vanos integrados en una retícula ordenadora, y una decoración exuberante pero estudiada tanto en su forma como en su ubicación. Sin embargo, estos valores no se reconocen en la Casa de las Golondrinas, por lo que ha sufrido modificaciones que han desvirtuado el diseño original.

Puerta tallada


Fuentes:
Fotografías originales del autor

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