La Jefatura Superior de Policía de la calle Cuenca


Hacia 1948 el Ayuntamiento de Valencia decide vender el Hospital para Infecciosos que se ubicaba en los solares del antiguo Lazareto (junto al actual Hospital Dr, Peset) cuyo proyecto había sido redactado por el arquitecto municipal Vicente Valls. El edificio, aún en obras, fue adquirido por el Instituto Nacional de Previsión con destino a Residencia Sanitaria de la Caja Nacional de Seguro de Enfermedad. El dinero que reportaba esta venta era de ocho millones de pesetas, que se pensaban invertir en su totalidad en la construcción de un único edificio que centralizase todos los servicios benéfico-sanitarios de la ciudad de Valencia.

Para la construcción del nuevo centro sanitario municipal el Gestor Ponente de Beneficencia y Sanidad propone, según oficio remitido a la Comisión de Gobernación el día 9 de junio de 1948, la cesión a Sanidad del solar y edificio propiedad del Ayuntamiento sito en la Gran Vía Fernando el Católico, cuyo inmueble albergaba los servicios fúnebres municipales y sobrestantía de monumentos, entre otros, para poder preparar con toda urgencia el proyecto de centro sanitario unificado. Además, quedaba sin efecto el acuerdo tomado por la Comisión Municipal Permanente, con fecha de 28 de marzo de 1946, para la construcción de viviendas para los funcionarios municipales en el mismo solar donde se pensaba levantar el edificio.

Así, el arquitecto Vicente Valls Gadea redacta en 1950 un proyecto para centro municipal que reunía por primera vez los servicios benéfico-sanitarios, que hasta ahora se encontraban diseminados por la ciudad. Esto se debía fundamentalmente a dos motivos: la desaparición del antiguo Hospital Provincial, ya que se estaba construyendo uno nuevo en la avenida del Cid, y por el aumento de la población, con mayor necesidad de asistencia de las clases baja y media. El nuevo hospital municipal, nunca construido, se pensaba sobre un solar irregular en forma trapezoidal situado en la Gran Vía Fernando el Católico y las calles Cuenca y Aragón, actual de María Llácer, donde posteriormente se realizará la Jefatura Superior de Policía, según proyecto de Javier Lahuerta Vargas de 1955.

Según las necesidades de la época, el edificio se estructuraba en varias plantas. A partir de un sótano de pequeñas dimensiones, se disponía la planta baja, con los servicios propios de Casa de Socorro, depósito de cadáveres y garaje de ambulancias; la planta primera, para necesidades quirúrgicas, sala de conferencias y biblioteca. En la planta segunda se situaba el Policlínico, y en la tercera las salas destinadas a la enfermedad del Cáncer. La cuarta planta quedaba para Maternidad, la quinta para higiene escolar, la sexta para enfermería, la séptima para quirófanos y la octava, que completaba el edificio, estaba destinada a la residencia de religiosas. Más tarde el propio Vicente Valls proyecta un nuevo centro sanitario municipal en la Plaza de América.

El edificio de la sede de la Jefatura Superior de Policía de Valencia fue construido en Valencia entre 1959 y 1961 en la Gran Vía de Ramón y Cajal, ocupando gran parte de la manzana que se halla entre ésta y las calles Cuenca, Aragón (actual María Llácer) y Gandía. En 1954 Javier Lahuerta Vargas fue nombrado arquitecto interino de la Dirección General de Seguridad. Mientras desempeñaba dicho cargo recibió el encargo de diseñar esta obra, pero al cesar la interinidad no pudo dirigir personalmente la ejecución, a pesar de haber firmado el proyecto.

Los servicios administrativos se disponen en las fachadas más públicas del solar, es decir, Gran Vía y calles Cuenca y Aragón. El resto de los lindes son destinados a alojar el acuartelamiento. Se dispone el ingreso principal en la esquina que forman Ramón y Cajal y la calle Cuenca, y, en la misma zona, las circulaciones verticales y los vestíbulos de planta. Un segundo acceso, secundario, se sitúa en la trasera del edificio para dar acceso rodado a los vehículos al patio, así como acceso principal del acuartelamiento.

Fachada principal

Acceso principal

El proyecto define una construcción en seis alturas y semisótano, donde va emplazando los distintos servicios que requieren las dos instalaciones definidas, como son Policía y Acuartelamiento. El programa, define la existencia de dos bloques de hecho inconexos en entre sí. Éstos dos bloques de facto, servidos cada uno por su propio núcleo de comunicaciones verticales, se reparten los usos, albergando, el más público, todos los servicios de la Policía y, el más privado, el Acuartelamiento y Academias de Suboficiales y Policías Armados.

Dentro de esa disposición, y según el programa va ocupando las plantas, en éstas se van ubicando las dependencias de mayor a menor concurrencia, desde, por ejemplo, registro, D.N.I. o pasaportes en planta baja y biblioteca en la segunda, para la zona de la Policía; o calabozos, identificación y guardia en planta baja y academias en plantas primera y segunda, en el bloque trasero del acuartelamiento. Por su parte, en el semisótano se ubican la instalación de caldera de calefacción y carbonera, así como cuartos de contadores.

La fachada principal posee un frente de 68,40 m., mientras que a las calles Cuenca y Aragón las fachadas son de 15,30 m. y 53,30 m. respectivamente. Estas dimensiones proporcionan plantas de 1.241 m2, a excepción de las dos últimas, que son menores, con una superficie de 802 m2. Por su parte, el semisótano dispone de 156 m2. En total se construyen 6.742 m2.

La estructura es de hormigón armado, con soportes recayentes a fachadas, tanto exteriores como interiores, y forjado de nervios perpendiculares a las mismas. Ello permite una gran elasticidad en la distribución, así como ulteriores modificaciones de programa.

Fachada a la calle María Llácer

Chaflán a la calle Gandía

Pero el mayor valor del proyecto se encuentra en la composición de sus fachadas, y, de forma especial, la fachada principal. Para obtener una iluminación natural óptima se disponen las ventanas con una separación mínima entre ellas, pero que sea capaz de albergar los soportes del edificio. Se adopta una modulación de 1,80 m. entre ejes de maineles, con anchos de ventanas de 1,40 m. Esta seriación tan solo es interrumpida con la presencia de las escaleras.

En las fachadas se persigue dotar de una gran unidad a todo el conjunto, mediante la horizontalidad que recoge la disposición uniforme de las ventanas. Se dispone de un zócalo en el edifico, como base sobre el que se asienta y crece. En ellas se prescinde de todo motivo meramente decorativo consiguiendo la dignidad adecuada al uso al que se dedica la construcción, mediante sus masas y materiales empleados. En la escalera principal se perciben ya gestos netamente modernos, como el empleo de un muro cortina que antecede a la arquitectura inmediatamente posterior.

Interiormente se utilizan materiales ordinarios, pero de buena calidad. Puerta de hojas lisas, ausencia de cornisas de escayola, pavimentos generalmente de baldosa hidráulica, a excepción de pasillos y escaleras que resisten mejor su trajín con la piedra artificial, denotan una adscripción moderna del autor, que aprovecha todos los detalles para aplicar esos preceptos que considera básicos.

Todo ese conjunto de intenciones, su adscripción moderna y su definición más racionalista lo definen como una importante aportación de la arquitectura racionalista al patrimonio de la arquitectura valenciana del siglo XX.

Fuentes:
Fotografías originales del autor, salvo mención

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